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Después de un agosto caliente, a pesar de las vacaciones escolares, la Conselleria de Educación no ha esperado ni un día para convocar la Mesa Sectorial de Educación y mostrar su disposición a abrir un diálogo sin renunciar a la aplicación del TIL. Es necesario que exista y se cuide un espacio para tratar todos los temas sobre educación que preocupan a quienes trabajan en este sector y a toda la sociedad. El Govern tiene el derecho y la obligación de aplicar su programa electoral y eso ha de respetarse pero no puede hacerlo por la vía de la imposición, en contra de una parte muy importante de los educadores y sin explicar de forma clara que cuenta con los medios para llevar a cabo los cambios que pretende. El diálogo debe incluir la cuestión del cese y la suspensión de empleo y sueldo de los directores de los tres institutos de Maó. Si pretendía con ello mostrar firmeza en la voluntad de aplicar las medidas, ha de evitar que se siga inflamando el conflicto. Evitar la huelga del 13 de septiembre, no solo depende de los sindicatos sino de la forma de actuar de la Conselleria, especialmente en este caso. De la misma forma que el resultado del diálogo no solo depende de Juana María Camps, sino de todos los colectivos implicados.