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El debate sobre Sanidad pública o privada está extendido por todas partes y desgraciadamente está profundamente distorsionado. En Estados Unidos los defensores de la Sanidad privada llevan los argumentos a extremos increíbles. Por ejemplo, cuando Giuliani competía por la candidatura a la presidencia dentro de las primarias republicanas argumentaba que personas como él que tuvo cáncer de próstata tendrían la mitad de la probabilidad de cura si viviera en Inglaterra en vez de los Estados Unidos. No hay ninguna base para esas afirmaciones. Lo peor es que aquí estos increíbles argumentos se los cree mucha gente.

En Estados Unidos los que tenemos Sanidad del Estado, en un sentido mucho más limitado que en España, somos los oficialmente retirados. Para nosotros está el llamado Medicare que cubre parte de los gastos médicos pero no todos ni mucho menos. Como consecuencia, necesitamos pagar un segundo seguro para cubrir lo que Medicare no nos paga. Al final entre uno y otro, más seguros dentales y similares los seguros médicos se llevan unos cuantos miles de dólares al año.

También los Estados cubren algunas necesidades médicas de los que nada tienen. Para el resto de las personas o tiene la suerte que la compañía en que trabajan les da seguro médico o tienen que pagarse uno por su cuenta, lo que no es barato. El resultado es que muchas personas con contratos basura que tanto abundan y que tan atractivos le parecen al Sr. Rosell están sin seguro médico.

El argumento genérico sobre Sanidad privada es que si compiten varias compañías por el mercado sanitario los precios bajan. Ese argumento, que puede ser cierto para múltiples negocios de dimensión reducida, no funciona cuando se trata de unas pocas compañías globales que controlan el mercado y esta es la situación aquí.

En el gráfico adjunto se puede ver como el coste sanitario por persona en Estados Unidos ha ido subiendo sistemáticamente año tras año llegando a ser de 8.149 dólares al año en 2009. En el mismo año en España con Sanidad pública, el coste sanitario por persona era de 2.982 dólares. La diferencia es clara.

Hace unos meses Wendell Potter ha publicado un libro, titulado "Deadly Spin", sobre cómo las compañías aseguradoras están destruyendo la Sanidad y engañando a los americanos. Lo interesante es que Wendell Potter es un antiguo ejecutivo de una de esas compañías. Como contaba en una entrevista, él estaba feliz en su puesto e imaginaba que todo marchaba bien. Una vez vino a Tennessee a ver a sus padres. Aquí hay un grupo de médicos que durante algunos fines de semana ofrecen sus servicios gratis a quienes no tienen seguro. Wendell Potter al enterarse quiso ir a verlo y se quedó muy impresionado.
Los servicios médicos los ofrecían en un granero de una granja cerca de la frontera con Kentucky. Vio que había una cola de varios centenares de personas que venían incluso de otros Estados y pasaban horas para conseguir un mínimo servicio. Esta experiencia le cambió su vida. Investigó lo que pasaba y al conocer la situación real dejó la compañía de seguros y se ha dedicado a denunciar estas prácticas. Ahora es analista en el Center for Public Integrity y considera que la ley sobre Sanidad propuesta por Obama y combatida a muerte por los republicanos puede mejorar bastante la situación.

La lucha contra la propuesta de Obama se va a recrudecer en las próximas semanas. Los republicanos tratan de cortar todos los fondos del gobierno a menos que Obama retire esa ley. Mientras mucha gente sigue sin seguro médico y sin recibir por tanto la atención médica que necesitan.

Una anécdota puede mostrar lo serio de la situación para muchas personas. El 23 de agosto Tim Alsip entró en una oficina bancaria de Portland, Oregon, Fue al cajero a anunciarle que venía a robar y le pidió un dólar, el cajero se lo dio y Tim se sentó en espera de la llegada de la Policía que venía a detenerle por el robo. Así consiguió que se lo llevaran a la cárcel en donde podría recibir la atención médica que necesitaba desesperadamente.

Quienes estén interesados en la cuestión de la privatización de Sanidad en España deberían examinar con mucho cuidado todos los aspectos de la Sanidad en Estados Unidos y no deberían dejarse llevar por consignas ni por propagandas.