TW
0

Tirar piedras al propio tejado o shoot oneself in the foot es algo tan poco inteligente como renunciar a los propios valores en favor de los de los demás.

Ya hay quién lo hace, pero es algo realmente incomprensible. En castellano se dice "tirar piedras al propio tejado" en inglés "shoot oneself in the foot", es decir: "dispararse al propio pie" Le oí decir a alguien tan poco sospechoso de españolismo como Carme Forcadell, presidenta de la Assamblea Nacional Catalana, que sería un error ignorar los valores de la cultura castellana, que son admirables, así como la literatura que ha producido su lengua y los valores de su pueblo. Otra cosa es que ellos aspiren a su propia personalidad como pueblo y a la independencia. Lo que dijo Carme Forcadell es como mínimo lo contrario de lo que me dijo en cierta ocasión un profesor de Secundaria de Lengua y literatura española; me dijo que él no leía más allá del nombre del autor de un libro firmado por Pau Faner, aunque estuviera en castellano. Estos días pasados la huelga del profesorado contra el decreto llamado Til ilustra un poco todo esto. Si hay que saber tres lenguas bienvenidas sean, y mejor si son cuatro o más de cuatro; pero es evidente que hay que partir del conocimiento de la propia lengua, que no hay que tirar piedras al propio tejado ni dispararse al pie. Si destruimos nuestra casa tendremos que alojarnos en casas ajenas, y no es seguro que nuestros vecinos quieran alojarnos; y si nos disparamos al pie no podremos correr parejos a los que nos aventajen a dos patas.

A veces hablo con algunos amigos que desprecian su propia lengua, gentes que no quieren estudiarla, que llegan incluso a ignorarla o negarla, y lo incomprensible es que todo lo que me dicen me lo están diciendo en esa misma lengua, y cuando usan la lengua castellana la destrozan sin piedad y dan verdadera pena, porque no es fácil conocer una lengua que no se usa habitualmente.

Me pregunto si esos me hablarían en un inglés mejor que el castellano deplorable que tienen, pese a haber sido formados en unos tiempos en que la enseñanza del catalán ni siquiera se vislumbraba como posible.