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Siempre he creído que las cosas materiales han sido creadas por el hombre para que nuestra vida cotidiana sea más placentera y más fácil de llevar. Pero las cosas han cambiado recientemente; explicaré el porqué de este cambio.

Me refiero a los bancos, en general. Hay dos tipos muy diferenciados. Unos son los financieros y los otros para el descanso. El ser humano ha visto como tanto unos como otros han ido cambiando a peor.

Los financieros habían servido para administrar nuestros ahorros, en forma de depósitos, libretas de ahorro, cuentas corrientes, según la necesidad del cliente y también para financiar la adquisición de una vivienda, coche, comercio o empresa. Eran otros tiempos, desde luego. El cambio ha venido con las dichosas Preferentes, los derivados financieros, etc., o sea, los productos que a la entidad le ha interesado vender, no lo que al cliente, en la mayoría de los casos, le ha convenido comprar. Con los préstamos hipotecarios, tres cuartos de lo mismo, te financiaban la compra de la vivienda, aportando ellos una parte y la otra la aportabas tú con tus propios ahorros. Recientemente el préstamo hipotecario ha servido para comprar la casa, los muebles, el coche, un viaje de placer, financiando el cien por cien, o más, del valor real.

En cuanto a los bancos destinados al descanso, unas señoras se quejaban de lo incómodos que son los que se han instalado recientemente en la plaza de la Miranda - la del Almirante camuflado entre los árboles -, mucho diseño pero una tortura para las posaderas y sin respaldo para apoyar el esqueleto. Después de la prueba del nueve, o sea, sentarme para su comprobación, mi recomendación es limitar el tiempo de descanso a cinco minutos por incómodos y mantenerse despierto para evitar una caída de espaldas.

Dos excursiones recomendadas: una por el pueblo de Sant Climent, ya que en las entradas, desde Mahón, Cala en Porter y Canutells, de los pasos elevados que sirven para aminorar la velocidad, han desaparecido varias piezas, los coches los pueden evitar y ya no cumplen misión alguna, es decir no sirven para nada. O reponen los que faltan o desmontan el resto. Pienso que lo primero es lo adecuado.La otra excursión, por el Paseo Marítimo de Mahón. Falta una farola desde hace tiempo y la han sustituido con un pote vacío de aglomerado.

Señores de Dalt la Sala, deberían reponer la farola por imagen y luz. Un Milá 2 en la zona del hotel Port Mahón al lado mismo de un precioso chalet, una imagen patética de un WC destrozado y restos de basura. Tarjeta roja al incívico ciudadano y amarilla para los responsables de la limpieza viaria. El caminar es muy saludable, pero el descanso - en los bancos - para las personas es fundamental; es curioso no ver personas mayores sentadas en la plaza de la Miranda y la desaparición de los bancos públicos de las plazas Constitución y Conquista. No quiero ser mal pensado ¿no será para que nos sentemos en las terrazas de los bares ubicados en dichas plazas, para consumir? Hay mucha gente con recursos económicos limitados que agradecerían el retorno de los mismos... Si vivim coses veurem.