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La primera fruta de la que tenemos noticia y por cierto no grata, es la manzana. Dice la historia que Adán, comió una manzana, algo tenía que tener si mordió con tanta gana.

Con el tiempo se le cogió mucho interés a la manzana. Zonas hay que no sabrían que hacer si les faltase. Los asturianos están ahora en plena recogida para convertir su zumo en sidra, en mermeladas y en tartas.

Originaria de Asia Central, presente en la mitología griega y romana. Me acuerdo de aquellos años mozos que se me fueron sin querer que se me fueran, de cuando de tarde en vez, me llegada hasta Son Marquet, para pasar unos días con mis tíos que Gloria hayan. En la habitación donde dormía, había una gran mesa, que por estas fechas del año tenía encima kilos y kilos de las más variadas manzanas. Su olor era tan acariciador, que me parecía que me dormía arropado en él.

No sé cuando fue, que me enteré de que 800 a.C., eso debió de ser por la llamada edad del hierro, ya se recolectaba alguna variedad de manzana silvestre. Con el correr de los años, vino la selección, la busca de manzanas apropiadas a los diversos usos y gustos gastronómicos o culinarios, y tanto debemos de habernos aplicado en ese menester, que hoy contamos con más de 3.000 tipos diferentes, y todas ellas con su nombre propio. En Menorca, en los tiempos del Archiduque Luis Salvador de Austria, se podrían comer más de 33 variedades de manzana.