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Un lunes cualquiera por la tarde, circulando por la rotonda de la iglesia del primer pueblo que da la bienvenida al sol, Es Castell, diviso a mi amigo Nisio trabajando en una pared seca, en la misma entrada del campo de fútbol. Aparco el coche, cámara de fotos fuera de la mochila, enciendo el habano H.Upmann-Epicure y a saludarle tocan.

Me encuentro una brigada de trabajadores limpiando hierbajos, construyendo una pared seca, etc., todos ellos voluntarios para la recuperación de uno de los antiguos molinos y su pertinente entorno. Uno de los currantes, el propio alcalde del pueblo, otro, un «jovencito» de 90 años, con una vitalidad que provoca envidia sana al que lo ve trabajando como el que más. Se trata de Toni Garriga des Carrer Gran des Castell; por cierto otro conocido, en Paco de Lô, que hace pluriempleo ya que también lo podemos ver los domingos matinales con el grupo de restauradores de la Isla del Rey; jodida edad, no me acuerdo de los nombres del resto de voluntarios, las caras no se me olvidan, pero los nombres sí.

Lluís, es batle, me comenta que los lunes y los miércoles, de 4 a 6 de la tarde, está previsto que los voluntarios acudan para trabajar y son muchos los ciudadanos que se han apuntado a recuperar este preciado patrimonio municipal, ya son más de una treintena. Hay un voluntario en concreto que los días y horarios se los pasa por el forro, tiene la sana costumbre de currar diariamente y a la hora que le apetece; no podía ser otro que el "jovencito" de 90 años, en Toni Garriga.

La recuperación consiste en restaurar el molino, construir pared seca, adecentar accesos al recinto, desbroce de hierbajos, en definitiva dar un nuevo atractivo a Es Castell.

Me quedo con dos imágenes fantásticas; una es la impresionante vista panorámica desde la parte alta del molino, se divisan también los otros dos, el del centro del pueblo y el que está pegado a la entrada de Fontanillas. La otra imagen y la más importante es la de los voluntarios, dedicando horas y esfuerzo para la comunidad, no solamente capitaneados por el alcalde, ya que trabaja como el que más, siguiendo al pie de la letra nuestro refrán, no es igual di arri, que estirar es carro; él dice arre y tira del carro. Fins dissabte que ve, si Déu vol.