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El gobierno del Consell de Menorca está decidido a no dejar pasar ni una al PSOE en relación al caso Cesgarden. Da igual que sea domingo. Ayer tardaron solo un par de horas en reaccionar ante las primeras revelaciones que han hecho los socialistas sobre el contenido del informe externo que se ha encargado a un bufete de abogados para analizar si todavía cabe alguna posibilidad de sortear la sentencia del Tribunal Supremo mediante la presentación de un recurso de revisión.

Para empezar, hay que reconocer que el PSOE, más allá del juego de buenos y malos en el que tenemos estancado el debate político, ha aportado nueva información sobre un asunto que hasta ahora se había manejado con un hermetismo total. El gobierno insular acusa a la oposición de hacer una interpretación sesgada del documento. Quizá si divulgara su contenido íntegro en vez de propiciar pactos de silencio a su alrededor saldríamos de dudas.

Gracias a esta primera filtración tenemos ahora una respuesta de la recién estrenada consellera Marta Vidal en la que afirma que «en este momento» no se puede plantear el recurso de revisión por las connotaciones penales que implica. Algo es algo. De sus palabras se deduce que no se cierra la puerta a dar este paso en otro momento si lograra acreditarse alguna irregularidad en el proceso. Cabe recordar que hay un plazo de cinco años desde la fecha de publicación de la sentencia para quemar este último cartucho.

Además de las responsabilidades políticas, todavía hay sombras por despejar sobre el periplo judicial que ha seguido el caso Cesgarden. Como ciudadanos necesitamos tener la certeza de que el gobierno insular es el primer interesado en llegar hasta el final en todo este asunto y no se conforma con utilizarlo como arma para acallar a la oposición.