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Manifestarse ante el Congreso, corear determinadas consignas o portar pancartas con según que textos, podrá ser motivo de denuncia, y severas (yo diría excesivas) multas económicas.

Una "ofensa a España" por ejemplo, podría llegar a suponer una multa de 30.000 euros, o incluso, la misma cantidad por pegarle unas patadas al coche del Presidente valenciano Fabra.

Sin embargo, estas son las horas que en España no tenemos un solo culpable de la crisis que haya sido multado o que esté en la cárcel, y mira tú que la crisis ha ocasionado la ruina a miles de personas, podría decirse millones, y que ahora mismo, tiene a muchos españoles, incluidos niños, que están pasando hambre.

La falta de trabajo debido a la crisis, ha traído pareja una merma de puestos de trabajo, que está incluso diezmando las arcas del fondo de reserva de la seguridad social.

De hecho, en los dos últimos años del gobierno Rajoy, se han sacado de la hucha de los pensionistas miles de millones de euros, dinero que pertenece a los pensionistas. Y de toda esa situación, no hay culpables.

Sin embargo, los políticos del gobierno, sí encuentran culpables sancionables en aquellos que haciendo uso de un derecho constitucional, se les ocurra manifestarse en determinados lugares de "forma inconveniente".

A este paso, acabaré por pensar que la crisis ha sido un fenómeno de generación espontánea; la burbuja inmobiliaria una leyenda urbana. Por eso precisamente, no hay culpables, y desde esa lógica nadie en la cárcel ¡Anda mi madre! Pues mira tú que no había caído y en eso.