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Carla, Lara y Pau serán invencibles y cambiarán el mundo. Puede que nunca se conozcan entre ellos o, por el contrario, que el destino les entrelace los caminos y acaben siendo inseparables. En cualquier caso, tendrán el mundo a sus piés. Hay futuro, hay esperanza y hay margen de mejora. Hoy, amigo lector, hablo de tres personitas que practicamente acaban de llegar al planeta o están en ello, y que de golpe y porrazo se han vuelto lo más importante de la vida. Carla, hija de Miquel y Núria, es la mayor, nació hace ya unas semanas, mientras que Lara llegó el martes y tanto ella como Noemi, la mamá, y Josep, el papá, están de lujo. Pau todavía está en camino. Si la cigüeña no se enreda entre pitos y flautas, Lluís y Fati tienen previsto que nazca el próximo día 28.

Los tres son primogénitos y los primeros años llevarán de cabeza a los papás y mamás primerizos. Admiro el coraje de estas tres parejas y otras tantas que han tenido el valor de cumplir su sueño de crear una familia a pesar de que el escenario no invita al optimismo. El mundo va mal y no parece que nadie, por el momento, vaya a remediarlo. Pero en lugar de dar un paso atrás, las tres parejas han plantado cara convencidas de que vencerán al presente y triunfarán en el futuro.

Carla, Lara y Pau serán mucho mejor personas que muchos de nosotros. Crecerán habiendo aprendido muchos de los errores que nosotros cometemos. También ellos se desviarán del camino en algún momento ya que todo forma parte de la vida, pero regresarán a la senda adecuada con el apoyo de la familia y de los amigos. Aprenderán equivocándose, como hemos hecho todos.

La vida acostumbra a ser un camino repleto de piedras. Algunas son más grandes y otras, más pequeñas. Algunas se sortean sin demasiados problemas mientras que otras ocupan todo el trazado y para poder seguir adelante hace falta que alguien nos eche una mano. Carla, Lara y Pau sabrán todo esto y mucho más. Sus familias les explicarán que cuando llegaron a la vida todo era gris, la gente sonreía menos de lo que debiera y que ellos fueron capaces de llenar de luz algunas sombras. Sin saberlo, empezaron a hacer el mundo mucho mejor.

Los tres presumirán de que nacieron en mitad de una crisis. Alardearán de pertenecer a la generación del 2013 y sus padres sonreirán orgullosos. Carla, Lara y Pau tienen mucho trabajo por delante. Y nosotros. Ahora más que nunca hay que luchar por dejarles la mejor herencia posible. Bienvenidos a ellos y a otros y la mejor de las suertes.

dgelabertpetrus@gmail.com