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Los políticos españoles se han convertido en verdaderos maestros a la hora confundidora de no nombrar las cosas por su nombre, tirando de infantiles, cuando no, burdos eufemismos, para que la dolorosa verdad parezca otra cosa. 14 horas estuvieron todo un numeroso equipo de expertos en la sede de Génova, centro neurálgico del PP en Madrid, buscando papeles y ordenadores, con la memoria fresca o rancia, pero sin estar presuntamente éstas, atropelladas por manos y mentes interesadas.

Digo yo que si hubiera ido un mandado del Juez Ruz a pedir unos papeles que éste estimara de su interés, no tenía por qué haber estado esperando sabiendo que iba y a lo qué iba más allá de diez minutos. Pero hete aquí, que estuvieron toda una noche, larga noche y varias personas. Si eso no es un registro en toda regla a pesar de cómo lo llame el Sr. Rajoy, que me digan qué cosa es lo qué es.

De todas maneras, a mí según se me figura, se me hace que esto llega tarde. Ya tenía que haberse hecho nada más iniciarse el procedimiento judicial, porque salvo que los de Génova sean unos recién llegados y encima con pocas luces, cosa que no es ni la una ni la otra, en aquellas oficinas ya no debe de haber absolutamente nada o muy poco que les pueda perjudicar.

Conviene recordar que cuando el Sr. Juez D. Baltasar Garzón estaba acumulando sospechas con lo de Gürtel, Luis Bárcenas ya «aligeró» la oficina por miedo a que aquél activo juez, le diera por ordenar un registro.

Colaborar con la justicia dicen... toda la que haga falta. Mientras tanto, como una curiosa prueba de ello, la información que pudieran tener presuntamente honesta o deshonesta los ordenadores de alguna de esas oficinas, fue fulminantemente volatizada, al manipular según se ha publicado, hasta los mismísimos discos duros.

¿Por qué el Juez Ruz ordena ahora un registro que dura éste nada más y nada menos que 14 horas? Presumiblemente harto de esperar una documentación que le llegaba fragmentada o no le llegaba, porque si le hubieran facilitado lo que fue a buscar, no tendría por qué haber ido a registrar las oficinas del partido que sustenta al gobierno. Otra cosa muy improbable es que hayan encontrado nada sustancial de lo que fueron a buscar. Para esta situación las expresiones más gráficas que se me ocurren, podrían ser: «tarde piulaste» o «a buenas horas mangas verdes» o «después de haberse ido la liebre, palos a la cama» o «muerta la burra la cebada al rabo».

Colaborar con la justicia por encima de ser una obligación real, tiene que ser cara a la ciudadanía, algo qué se le parezca. No seré yo quien diga que el PP no colabora con la justicia, pero déjenme decir, que están con su comportamiento, muy lejos de parecerlo, y eso como es natural, causa una grave merma en la necesaria empatía hacia los políticos, en una ciudadanía muy harta de ver por doquier, como en este país nuestro, los chanchullos se acumulan, y como la honestidad es pisada, vapuleada y escarnecida por aquellos que deberían, al ocupar los cargos que ocupan, tenerla como divisa inviolable.
Colaborar con la justicia tiene también que parecerlo.