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Laurent Morel-Ruymen es un hombre de negocios francés que capitanea el grupo Mare&Terra y cultiva excelentes relaciones con empresarios y grupos financieros solventes dispuestos a invertir en Menorca.

Formado en la Universidad Leonardo da Vinci, ha hallado en la Isla los edificios y los enclaves emblemáticos para desarrollar proyectos que integran tradición y modernidad. Primero formalizó el alquiler, durante 30 años, de Can Faustino, una casa señorial de Ciutadella sita en la calle Sant Rafel.

Morel Ruymen ejecuta las obras de rehabilitación de la antigua casa solariega de la familia Olives Beltrán, originaria de Cas Comte, hoy propiedad de los herederos de Margarita Bagur Rosselló. Respeta las estructuras arquitectónicas originales para transformarlo en un hotel de ciudad, con categoría de lujo, que espera abrir el 30 de mayo con el cocinero Felipe Llufriu.

Al mismo tiempo, permanece a la espera de la Norma Territorial Transitoria para llevar a cabo un segundo proyecto, que consistirá en la conversión de la antigua batería de Llucalari en apartamentos singulares en este espacio de la costa menorquina.

Y ahora, hace pocos días, este francés inquieto y emprendedor ha firmado un acuerdo con la diócesis para el alquiler de la finca Sa Catòlica y una parte de Cal Bisbe, en la zona posterior en la calle Sant Sebastià que no es utilizada por su deterioro. En este caso el proyecto consiste en la creación de un hotel de 22 habitaciones con un concepto distinto al de Can Faustino, porque se dirige a un público más joven y con menor poder adquisitivo.

Tres buenas iniciativas que permitirán recuperar, rehabilitar y reutilizar edificios e instalaciones para acoger nuevos usos y otras actividades. Lauren Morel-Ruymen supo el primer día que llegó a la Isla que Menorca es mucho más que sol y playas.