Este país es de pandereta. Lo sabemos tú, yo y todo aquel que nos rodea. Sucede, además, que a veces evoluciona, como si fuera un Pokemon, y en lugar de marcarnos un solo con un único instrumento, nos agenciamos la comparsa entera. Como pasa en Madrid, donde por orden del Ayuntamiento y ante la falta de alcoholímetros, obliga a sus policías municipales desde noviembre de 2012 que en los botellones que detecte compruebe a través de sus sentidos, excepto el gusto, si los vasos que incautan contiene alcohol y, además, qué clase y qué marca. Para que nos entendamos, el Consistorio obliga a los agentes a coger cualquier vaso que sostenga ilegalmente un chaval, meterle la napia, pegar ensumada y a identificar qué veneno atonta las neuronas a la muchedumbre hoy en día.
Asseguts a sa vorera
Narices entrenadas
Este país es de pandereta. Lo sabemos tú, yo y todo aquel que nos rodea. Sucede, además, que a veces evoluciona, como si fuera un Pokemon.
22/03/14 0:00
También en Opinión
- Zoe y David: una historia de amor por Menorca con boda incluida
- Que entre las playas de Cavalleria y Cala Mica...
- Conflicto vecinal en Cala Morell: piden amparo al Ayuntamiento de Ciutadella ante una junta «ilegal»
- La Casa de la Infancia de Maó, desbordada: aloja a 25 menores y todavía faltan por llegar los de Canarias
- Llegan más lluvias a partir del fin de semana y vienen acompañadas de barro