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Desde el gobierno se refieren a la corrupción como algo «puntual», como si fuera un problema menor, pero sobre todo hacen énfasis en garantizar que para nada está generalizado, como algunos se empeñan en decir.
Señores del gobierno: tienen ustedes una visión de la situación acomodada a sus intereses, como viene siendo común a la mayoría de gobiernos que en este mundo han sido, exagerando ustedes una mínima recuperación económica y soslayando lo que nos les favorece.

Quieran o no, para nuestra desgracia y vergüenza, la corrupción está muy generalizada y no está disminuyendo precisamente si no estadísticamente creciendo de manera más que preocupante.

Miren, sólo en tres casos: Gürtel, los Eres de Andalucía y el caso Malaya, suman 439 imputados. Ya me dirán si eso no es para sentir vergüenza ajena y cabrear muy mucho a los miles de ciudadanos que no tienen ya ninguna clase de subsidio que les socorra. A la corrupción hay que añadir la inexplicable situación de dilatar los casos hasta extremos inconcebibles. La Jueza Alaya, que dirige el Juzgado Nº 6 de Sevilla y por otra parte, el Tribunal de Cuentas del Estado, ¿cuántos años llevan de procedimiento judicial con los Eres de Andalucía? Y qué me dicen ustedes del caso Gürtel. Por si mismo, una vergüenza, 187 imputados, que se dice pronto, de los cuales 74 o han estado o están vinculados al PP. Pues nada oiga, que como quien no quiere la cosa, llevan ya cinco años con el sumario de un procedimiento judicial que vaya usted a saber cuándo acabará. Bueno, posiblemente acabará cuando buena parte de los imputados, lo suyo, por esas cosas del tiempo judicial, haya prescrito.

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No me extraña que aunque tarde, pero más vale tarde que nunca, el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres- Dulce advirtiera el miércoles 23 de abril de 2014, que delitos como la malversación de caudales públicos, la prevaricación, o el cohecho (parte de los males endémicos de la corrupción en la democracia española), han aumentado dijo un 17%, y constituyen, añadió, «un ataque demoledor a los Pilares del Estado de Derecho». Dijo también que «si no se combaten de manera contundente estos delitos, alientan a la ciudadanía a justificar por ejemplo, el fraude tributario o a la seguridad social». Añadió Torres- Dulce que «urgen medidas contundentes y concretas y que la actual legislación es insuficiente». ¡Hombre! Señor Fiscal General del Estado, por ahí andan las hemerotecas, y eso mismo, poco más o poco menos, algunos lo llevamos diciendo la tira sin ningún resultado. Y fíjese usted que me temo, muy mucho, que a usted tampoco le van a hacer ni puñetero caso. Hay ya demasiado sinvergüenza con poder, con moqueta en el despacho, viviendo a tutiplén, teniendo para sí muy asumido aquello de: «que dios nos ponga donde haya, que de coger ya nos cuidaremos nosotros».

¿Pero ustedes creen que es normal, ustedes creen que tiene ni siquiera un punto de lógica, lo que está pasando con el caso Gürtel, donde miembros del propio gobierno parecen estar bajo sospecha y que no hayan ya sustanciado el asunto para dejar las cosas claras para la ciudadanía?

En lo que sí hubo prisa, en lo que sí hubo quien se dio mucha prisa, fue en juzgar y condenar a don Baltasar Garzón. La limpieza del honor de un partido que sustenta el actual gobierno no parece que corra tanta prisa. Al fin y al cabo los hay que están convencidos de que el personal traga todo lo que le echen. Lo malo será si un día, de tanto tragar inmundicias, el personal se atraganta.