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José María de Sintas no se siente con fuerzas para continuar desempeñando la alcaldía de Ciutadella y concluir el mandato que inició en mayo del 2011. Es un hombre de honor, de principios y de cumplir la palabra dada. Se ve señalado y, con su renuncia, asume la parte de responsabilidad que considera le corresponde en la gestión de las fiestas de Sant Joan de este año, concretamente el fortuito accidente registrado en los Jocs des Pla, que se cobró una vida humana. Pero nunca sabremos si la mujer fallecida era consciente de los riesgos que implica estar en primera línea, a poca distancia de los jinetes que corren al galope.

Al alcalde le duelen las acusaciones difundidas por la familia de la fallecida, las críticas -algunas muy injustas- que han circulado por las redes sociales, y las desafortunadas declaraciones de la consellera Maite Salord que quiso politizar la tragedia al reclamar la dimisión del primer edil. Aquí cabe recordar a la consellera nacionalista que, en 2004, cuando se registró durante las fiestas de Fornells el accidente -tan fortuito como el acaecido el pasado 24 de junio en Ciutadella- que dejó tetrapléjico al joven Daniel Martín Pons, el alcalde era Ramón Orfila, y ninguna formación política reclamó dimisiones ni presionó como están haciendo ahora desde la oposición.

José María de Sintas ha ido aplazando, a pesar de las múltiples peticiones recibidas, el pronunciamiento sobre su participación en las elecciones municipales del 2015 para aspirar a un segundo mandato. Tanto el presidente Santiago Tadeo como la junta local del PP-Ciutadella le piden que reconsidere su dimisión, pero, como ya escribimos el pasado 15 de diciembre, «el alcalde de Ciutadella antepone la familia a la política». Hoy, ante los presidentes Bauzá y Tadeo, adoptará la decisión definitiva.