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El alcalde de Ciutadella se derrumbó, anímica y psicológicamente, cuando supo que había fallecido Núria Balcells Mur. Desde la tarde del día de Sant Joan, José María de Sintas Zaforteza era consciente de que aquella mujer desconocida -cuya muerte marcará un antes y un después en las fiestas de Sant Joan- había sufrido gravísimos traumatismos en los Jocs des Pla y que las posibilidades de supervivencia eran muy escasas.

El primer edil, dolorosamente afectado por un accidente que no lograba quitarse de la cabeza, vio incrementado su desasosiego y su malestar cuando supo que Núria Balcells nunca conocería a su primer nieto. Su corazón estaba herido y no sentía ni con ilusión ni con fuerzas para continuar.

Y por esta herida manaba la idea de dimitir para asumir responsabilidades -las propias y también las de otras personas, tanto o más responsables que él- iba tomando cuerpo. En la mañana del miércoles ya no tenía marcha atrás.

Aquella misma mañana Tadeo, que ha gestionado bien esta crisis, conoció en Ciutadella la decisión de la renuncia, que José María de Sintas iba a formalizar por su triple compromiso como alcalde, de caixer senyor y de ciutadellenc.

El presidente del Consell se ha implicado en las decisiones con un apoyo sin fisuras a quien, tras el mandato que Llorenç Brondo no pudo concluir por los casos de corrupción pendientes de juicio, logró diez concejales y la alcaldía para el PP.

Tadeo ha templado y pacificado los ánimos: frenó la saga-fuga de la dimisión de Francisca Marqués y Tico González, animó a la junta local a afrontar el nuevo escenario con serenidad, y mantuvo la línea abierta con José Ramón Bauzá. El mensaje del presidente regional, que pidió personalmene a De Sintas que no dimitiera, consistió en que la situación debía ser afrontada y resuelta en Menorca, sin interferencias. Así ha sido.

Al dimitir, De Sintas da un severo toque de atención para mejorar e incrementar la seguridad en las fiestas de Sant Joan, con un propósito: que no se produzcan más muertes inocentes.

El hasta ayer alcalde, que se siente orgulloso de su carácter, muchas veces impetuoso, es un hombre sincero. Dimite porque, como ya explicó a su esposa, Carmen Mesquida Pallicer, «una vida no vale un cargo» y «la familia es lo más importante y lo único que uno tiene».

Con su despedida, de Sintas adelanta diez meses otra decisión: no concurrir a las elecciones del 2015. Sabe que ahora no es posible, por inviable, un gobierno PSOE-PSM-UPCM.