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Por si eran pocos los problemas de conexiones en el invierno, casi siempre referidos al transporte aéreo, ahora se abre también una incógnita en el sector marítimo. La publicación de unos planos en los que se dividen las aguas de Balears -en concreto las del canal que separa Menorca de Mallorca-, por parte de las autoridades marítimas de Palma ha dado pie a la confusión y a las preguntas sobre qué pasará con la ruta entre Alcúdia y Ciutadella en los meses de invierno. En esa delimitación por sectores de las aguas del Canal se dibuja claramente una franja central en la que habrá un periodo restringido de navegación, y se la define como zona A o B según la época del año, se supone que sujeta a la decisión posterior de Capitanía Marítima de Palma.

La incertidumbre sobre si esta delimitación, que es parte de un trabajo realizado en 2004, afectará a las navieras autorizadas para realizar rutas en zona B es justificada, por cuanto se reducirían aún más los medios para viajar -y de poder hacerlo con el coche-, desde la isla en los meses de temporada baja, que ya están mermados por la reducción de frecuencias aéreas y por algo que no se puede evitar, la meteorología, que ha obligado a cerrar los puertos varias veces este invierno.

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Como nunca faltan teorías conspiratorias para todo, hay interpretaciones malpensadas de este embrollo de planos y sectorización de las aguas. Hay que recordar que el futuro aumento de la línea de atraque en el puerto de Ciutadella permitirá operar allí a superferries de transporte de pasajeros como los que llegan al puerto de Maó.

Así las cosas, lo que se necesita es clarificar la situación. Primero para la seguridad de la actividad empresarial y segundo, lo que más nos concierne a los ciudadanos de a pie, saber con qué conexiones contaremos.