Oposicion y Gobierno. La presentación del buque «Adriático» en Maó permitió visualizar el nuevo orden político, mientras Vicenç Tur ya prepara las pruebas de técnico municipal. FOTO: GEMMA ANDREU

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Después de cuarenta días de travesía por el desierto, donde surgieron dudas, recelos y temores; abrasados por el sol de la desconfianza, exhaustos en el páramo inhóspito de la presidencia imposible, cuando se agotaba el tiempo -tic, tac; tic, tac- para la constitución del nuevo Consell, in extremis, como si de la revelación de la zarza ardiente se tratara, aprobaron la presidencia alterna. La fórmula «dos años Més y dos años PSOE», que había estado sobre la mesa desde el primer día, pero era mirada de soslayo, permitió alcanzar la ansiada tierra prometida del gobierno del Consell de Menorca, «una tierra que fluye leche y miel».

Durante estos cuarenta días, PSOE, Més y Podemos han vivido su particular apertura de las aguas del Mar Rojo -gracias a los viejos rockeros como Ramón Orfila, siempre de guardia, como Pere Pons Florit, padre de Marc Pons, todos de Es Mercadal- para avanzar hacia la península de Sinaí, léase la sede del Consell. Y se otorgaron los diez mandamientos para los primeros cien días de gobierno, que transformaron en las 85 «líneas programáticas» de este mandato 2015-2019.

Maite Salord habló en la tarde del viernes de «sacrificio»; Susana Mora ya lo daba todo por perdido y se veía a sí misma pactando la estrategia de la oposición con Santiago Tadeo; y Mae de Concha no entendía nada. Las tres llegaron exhaustas, sudorosas y muy agotadas a la toma de posesión de la nueva corporación insular. No eran los únicos negociadores que han adelgazado durante la complicada gestación y parto de los acuerdos que se resistían a nacer. En cambio, Javier Ares compareció fresco y rutilante, con muchas ganas de mover la ficha de Podemos en el área de Medi Ambient.

Oposicion y Gobierno. La presentación del buque «Adriático» en Maó permitió visualizar el nuevo orden político, mientras Vicenç Tur ya prepara las pruebas de técnico municipal. FOTO: GEMMA ANDREU

El disgusto del PSOE

Todo cambió en los tres últimos días. Consiguieron pasar de las acusaciones de «deslealtad y hecho a medida» contra el famoso argumento de «3+2 somos más que tres» a «ahora cumplimos el mandato ciudadano resultante de las urnas».

Susana Mora, nombrada vicepresidenta y portavoz del Consell, ya había solicitado su reincorporación al Tribunal de Mediación y Arbitraje (TAMIB) donde desempeñaba funciones de asesoría jurídica. En cambio, la también abogado Cristina Gómez, hoy vicepresidenta segunda, sabía -sí o sí- que iba a formar parte del nuevo gobierno insular, con gobierno bipartito Més-Podemos o con gobierno tripartito, al añadirse el PSOE. Gómez había tramitado antes su baja como letrada en ejercicio para dedicarse, de forma exclusiva, al Consell.

Los socialistas estaban doloridos, tristes y disgustados porque se sentían ninguneados hasta que los del «somos 3+2» descubrieron su verdad revelada cuando se dieron cuenta de que para gobernar y evitar la inestabilidad crónica del 5+3 -ocho en la oposición y gobierno de cinco, ecuación imposible de resolver- necesitaban a los tres consellers socialistas. Sin Susana Mora, Santiago Florit y Maria Cabrisas la tierra prometida se habría transformado en un agreste paraje de rocas, rastrojos y espinas.

Miquel Angel Maria se sintió obligado a pedir perdón a los votantes de izquierdas por el espectáculo de las rupturas y las negociaciones interminables. El conseller de Cultura, que había tendido puentes de acuerdo con el PSOE a través de Mateu Martínez, era consciente de la decepción que han ocasionado las controversias en torno a la disputada presidencia del Consell.

La patata caliente

El primer gran problema que debe afrontar el gobierno tripartito consiste en solucionar el tratamiento y la eliminación de las basuras de Menorca. El vertedero de Milà fue clausurado en diciembre por contaminar los acuíferos. Desde entonces, las basuras menorquinas son trasladadas a Mallorca en barco para ser incineradas en Son Reus.

El conseller Javier Ares afirma que la «primera opción» no pasa por llevar más basura a Mallorca, tal como propone el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat (Més). El vertedero de Milà es una herida abierta, léase una grave agresión medioambiental, que sangra en el corazón de la Reserva de Biosfera, junto a s'Albufera des Grau. Su impacto paisajístico contradice los principios de la protección de los valores ecológicos. Además, la Unión Europea ha puesto fecha de caducidad a los vertederos. Tic-tac.

En el ayuntamiento de Ciutadella son tres, y uno, las patatas calientes que tiene sobre la mesa la alcaldesa Joana Gomila: los juzgados de can Saura; el Teatre des Born y la Escola d'Art.

La salida ordenada

En el PP-Menorca, tras la pérdida del poder institucional y el pase a la oposición, aguardan las próximas decisiones de Santiago Tadeo, que prepara una salida ordenada, sin precipitaciones, con relevos después del verano. El nuevo orden en los populares menorquines se visualizará con la designación de los candidatos al Congreso y al Senado. Tadeo no tiene prisas.

PREGUNTAS DE LA SEMANA

¿Que día decidió Marc Pons nombrar a Carol Marquès jefe de gabinete de la Conselleria de Presidència del Govern balear?

¿Aceptarán Ara Maó y PSOE que el PP pueda asistir con voz y sin voto a las reuniones de la Junta de Gobierno del ayuntamiento?

¿Qué otros candidatos fueron valorados para ser designados caixer senyor de las fiestas de Sant Joan del bienio 2016-2017?

¿Logrará Juan Carlos Grau los apoyos para repetir por tercera vez como candidato del PP al Congreso de los Diputados?