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Vivir en dos países tan distintos como España y Estados Unidos ayuda a percibir las diferencias culturales y sociales entre países, aunque muchas veces es difícil transmitir de forma cuantitativa estas diferencias. Pero en las últimas semanas han aparecido algunas valoraciones que permiten hacer un análisis de algunas de las diferencias aunque sea superficial.

Al moverme en un ambiente universitario me permite ver las diferencias entre las universidades de ambos países. Las diferencias son grandes y por desgracia no a favor de España. Aquí sí se puede usar una valoración cuantitativa. En el ranking de las universidades, universidades de Estados Unidos e Inglaterra están a la cabeza. Para encontrar una universidad española hemos de bajar al puesto 166 en donde aparece la Pompeu Fabra. La Universidad de Barcelona, la segunda española en el ranking, ya está por debajo del puesto 200.

No se cuán exacto es ese ranking, pero viendo las cosas desde dentro no me sorprende. La universidad española pasó por tiempos muy difíciles durante la dictadura. En la transición hubo un periodo de esperanza. Las cosas mejoraron rápidamente y la mejora se notó fuertemente en la universidad. Las personas encargadas de llevarlas cuestiones universitarias en el Gobierno de Felipe González eran personas que conocían profundamente la universidad y dieron grandes pasos en su mejora. Pero poco a poco políticos profesionales, o sea sin profesión conocida, se hicieron cargo de las mejoras universitarias y todo volvió a decaer. Los cortes de presupuestos en estos últimos años han agravado la situación, pero no es la única causa de los problemas de la universidad española.

La enseñanza media no prepara adecuadamente a los jóvenes para la universidad, los prepara para pasar exámenes y con la forma que se tiene de valorar a los profesores la universidad se convierte en una fabrica de títulos. Los alumnos buscan el aprobar, no el conocimiento. Eso no es como una universidad debe entenderse.

Por otra parte el sistema de selección de profesorado, los reinos de taifas en la universidad y las endogamias no ayudan en absoluto. Habría que conseguir que a todos los niveles de la universidad el objetivo fuera atraer a los mejores profesionales a las cátedras, eso pasa en Estados Unidos, pero no en España. Estos aspectos no se pueden mejorar con decretos ley, hace falta un cambio profundo de la cultura en la universidad.

Pero en otros aspectos España está bastante cerca de Estados Unidos... por desgracia. Así en el último informe de la OCDE sobre justicia social, de 40 naciones evaluadas, España ha bajado al puesto 30 cerca de Estados Unidos que ocupa el puesto 27. Una triste situación para ambos países. De los distintos aspectos evaluados en este informe, la separación es máxima en política económicas, cosa que no debe sorprendernos, Estados Unidos ocupa el puesto 18 y España el 35. En cuanto a políticas ecológicas, España a pesar del bajón dado aun adelanta a Estados Unidos teniendo los puestos 29 y 37 respectivamente.

Otro informe reciente ha sido sobre la desigualdad en diferentes países. Una medida que se ha usado es el cociente entre la paga de los directivos de las empresas y la de los empleados medios. En este estudio Estados Unidos va claramente a la cabeza con un cociente de 354, pero España no esta muy lejos, en el cuarto puesto con un cociente de 127. En este aspecto España va avanzado, o retrocediendo depende de cómo se mire, y se sitúa muy cerca de Estados Unidos en desigualdad de paga.

Es triste ver ese proceso en que ambos países parecen que convergen en lo malo y divergen en lo bueno. Aunque estas medidas no siempre son muy exactas, al menos nos dan una valoración relativa de cómo marchan las cosas. Mirando a unas elecciones que se acercan, en vez de oír tanto sobre nacionalismos, seria bueno saber que nos ofrecen los diferentes partidos para parar o incluso dar marcha atrás en estos procesos.