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Viernes, 14

Bob Dylan / Francisco Correa copan las primeras páginas. Dos epifenómenos de la actual sociedad del espectáculo el primero y de la ligereza ética el segundo. No conozco bien la producción literaria del cantante norteamericano pero su Blowing in the wind fue un emblema de los sesenta-setenta del pasado siglo y no voy a rasgarme las vestiduras por la perversión creciente de los premios Nobel, la confusión entre cultura y entretenimiento y demás letanía apocalíptica. Puede que la poesía de Dylan sea de gran riqueza metafórica y que haya abierto caminos insospechados para la literatura, pero uno, modesto lector, no puede dejar de pensar en Philip Roth, Paul Auster, Jonathan Franzen, Richard Ford, flamante premio Princesa de Asturias, en nuestro Javier Marías y en tantos otros escritores de raza y exhalar un suspiro de perplejidad. Y ya puestos, hubiera preferido a Leonard Cohen.

No menos estupefacto me dejan las confesiones de Francisco Correa, el conseguidor de la trama Gürtel con su porte amable, excelente prosodia y exquisita educación. Se presenta eufemísticamente como lobista, porte sincero y colaborador, de hecho confiesa sin ambages sus variadas tropelías, y corrobora de primera mano lo que muchos sospechamos: que en el país hay muchos correas convencidos de que sus actividades son normales y más de un político que se aprovecha de tan generosa disposición a financiar coches de lujo, viajes familiares y hasta fiestas infantiles de cumpleaños En cuanto al PP, ¡qué decir de quienes solo llevan dos telediarios allí y no se fijan en cosas del pasado! ¿Y qué hay de Aznar, el azote de antipatriotas y progres en general si con Él empezó todo? Quins pebrots!

Sábado, 15

En Alcalfar, tomando el sol en traje de baño, una señora manda una foto a su hija que anda en el planeta tierra abrigada y al lado de un radiador. «Es que si no lo cuentas no tiene gracia», me dice. Y me acuerdo del torero, ¡catalán!, Mario Cabré, quien después de su noche de amor con Ava Gardner corrió al bar a contárselo a sus amigos…Por cierto, ¡qué baño el de aquel día de octubre!

Domingo, 16

Recibo por última vez el semanario «Ahora», proyecto de prensa independiente de reflexión puesto en marcha hace un año, por ciudadanos de talante moderado y reflexivo articulados en torno al ex columnista de «El País» Miguel Ángel Aguilar, propósito en el que he colaborado con gusto, y cuyos tortuosos avatares he seguido muy de cerca con preocupación primero y decepción después. En formato sábana como los grandes periódicos anglosajones y también en edición digital, «Ahora» ha pretendido (y logrado, creo sinceramente) un periodismo de altísima calidad enfocado al debate de temas político-sociales de actualidad, con rigor y absoluta independencia de las diferentes trincheras en las que está ubicado hoy día el periodismo por razones empresariales.

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No ha sido suficiente el empeño, por errores propios y porque no están los tiempos (gaseosos, atropellados, de mensajería breve y mentiras a porrillo) para la lírica periodística y no se han conseguido sumar los apoyos previstos. Significativamente, en el último número, aparecido el viernes 14, aparece un extenso reportaje titulado «Publicidad gubernamental para uncir a la prensa» y que explica cómo los gobiernos utilizan las ayudas de los medios de comunicación como instrumento de presión y censura… En fin, fue bonito mientras duró.

Martes, 18

No habrá estand propio de Menorca en la feria turística. La presidenta del Consell alega falta de tiempo y transferencias. Tampoco habrá compañía aérea menorquina pese a su amplia financiación privada... Los trenes van pasando y los menorquines contemplamos atónitos como nadie se sube a ellos mientras se entona la canción triste del pel que és Menorca n'hi ha prou y los líderes políticos ni están ni se les espera.

Miércoles, 19

En Suiza los ciudadanos reciben con regularidad correos de la Confederación, y de sus cantones y ayuntamientos en los que se les solicita su opinión sobre los temas más diversos, incluidos posibles cambios constitucionales. Y no son pura retórica política sino que habitualmente terminan sometiéndose a la voluntad popular mediante referendos, que para ellos no carga el diablo como se dice por aquí, sino que son prueba de radicalidad democrática. Y un instrumento muy útil para la gobernanza si se llevan a cabo adecuadamente.

No parece mala idea la propuesta del PP de someter a referéndum el dilema ascensor/escalera mecánica en el parque Rochina, sobre todo después de comprobar virtualmente el enorme impacto visual del ascensor proyectado. Sería un interesante ejercicio de ciudadanía.

Jueves, 20

Trump sigue desbarrando y puede ganar, escrache enmascarado contra Felipe González en la universidad, Pablo Iglesias, desencadenado, atiza el frentismo, Bauzá maniobra para ser ministro, el otoño se agudiza, las nubes no se levantan, los pajarillos ya no cantan… Snif