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No es broma, existe un trastorno del lenguaje que se llama síndrome de acento extranjero, según el cual uno sigue hablando fluidamente su idioma, pero a partir de un momento dado lo hace con fuerte acento extranjero. Es el caso de Julie Matthias, que un día de 2011 se levantó de la cama hablando con acento francés, pese a haber vivido siempre en Gran Bretaña. Ella cree que su caso se relaciona con un accidente automovilístico del pasado, que le produjo migrañas y pérdida de visión temporal. Pero este hecho todavía no está claro, ni los médicos lo comprenden, porque además les ha pasado a muchos otros pacientes. En algunos casos, parece que estos cambios pueden ser debidos a un tumor cerebral. Lo malo es que este tipo de experiencias resultan traumáticas, porque la voz y el modo de expresarnos forman parte de nuestra personalidad, y a los pacientes con síndrome de acento extranjero les parece que ya no son la misma persona. Según los testimonios de quienes han padecido este tipo de trastorno llegan a sentirse como extranjeros en su propio país. Incluso hay quien cuenta que los taxistas intentaron cobrarle el doble, como si fuera un turista.

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Lo cierto es que me he fijado en el hecho de que cuando un amigo mío sufre irritación de garganta por un resfriado y le cambia la voz, le encuentro algo raro; ya no me parece el de siempre. Esto se puede observar muy bien en los doblajes de las películas. Si uno ve la cinta en versión original le parece que los actores tienen otra personalidad, y que actúan mejor o peor, según la calidad de quienes les doblan. Ahora, lo que más me choca son los anuncios de la tele con voces en off con fuerte acento inglés o francés –depende de lo que anuncien--, o hasta emitidos en el idioma foráneo, aunque vayan dirigidos a una audiencia nacional. What else? Dice Gorge Clooney refiriéndose a Nespresso, una conocida marca de café, como si dijera, what's up?, esa cosa de los teléfonos móviles que la gente llama Usasá. O como el anuncio de Bleu de Chanel en el que sobre una musiquilla de los Rolling Stones, She said Yeah, un guapetón, Gaspard Ulliel, se acerca a un montón de micrófonos para decir una chorrada como esta: «I'm not going to be the person I'm expected to be anymore». Nadie llega a traducirla, pero significa, simplemente: «No voy a volver a ser la persona que se espera que sea». Uno se queda patidifuso y piensa: ¿Pero quién diablos se supone que tiene que ser este tipo? Yo diría, lisa y llanamente, un gilipollas.