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VIERNES, 13
Orugat. Así es como se siente uno ante la ola de frío que tiñe las ventanas de un amenazador gris plomizo. Busco un término equivalente en castellano pero no lo encuentro. «Aterido» no sería el caso, tengo la calefacción a tope y no se está mal, si no se piensa en el taxímetro que marca la caída de los litros de gasoil. Tampoco esporuguit, que sería amedrentado, atemorizado, y no es para tanto, ni engalavernat que correspondería, a estar algo envarado y no es el caso porque me encuentro sencillamente orugat o erugat, que sería una especie de recogimiento precautorio y temeroso, abrigado y ligeramente encogido, ante una realidad inclemente. Mi madre manifestaba frecuentemente estar orugada, pero sin más calefacción que el brasero de la mesa camilla y una siembra de sedes en pies y manos (sabañones, por si circula por aquí algún lector joven), debía de estar, además, engalavernada o encarcarada, mesquineta.

SÁBADO, 14
Hoy, el "orugamiento" deviene en rotundo memec (delicioso y muy menorquín sinónimo de resfriado nasal) con una hiperestesia cutánea (una especie de hormigueo) consustancial con los episodios griposos. Abro con aprensión la ventana para echar una ojeada y afortunadamente no hay más blancura que la de Allen trotando y retozando bajo el cimbreo de los árboles, estimulados por unos incipientes bufidos del vent de s'illa

Paso a mi diaria y cibernética revista de prensa, más pausada y exhaustiva los fines de semana y me quedo, ahora sí, más que orugat, esporuguit, es decir acollonit, por la inminente irrupción del anarquismo de derechas en la política mundial. Habrá que darle un margen democrático, evidentemente, pero las primeras actuaciones del macho alfa americano no ayudan a despejar los densos nubarrones. Ahí es nada nombrar a un negacionista del cambio climático para «Protección del medio ambiente» o como ministra de Educación a una mujer que apoya que se den cheques a las familias para que envíen a sus hijos a centros religiosos que enseñan creacionismo en vez de la teoría de la evolución, o pisarle los callos a China, o mantener una inquietante camaradería con el otro macho alfa Putin, o negar la palabra a periodistas, o…

Y me quiero despedir aquí de Obama&Michelle con una mezcla de melancolía y gratitud. Por una parte me causa desazón que su legado político puede ser borrado del mapa en el pispás que promete Trump, en especial su más que positiva reforma sanitaria, se mire por donde se mire. Pero no solo eso sino su meritoria salida de la crisis con recetas socialdemócratas, sin austeridad, que llevaron el paro a un mínimo 5%, su sensibilidad y praxis medioambiental, su respeto a la ciencia ( dobló la inversión en investigación), o sus acuerdos con Irán y Cuba, todo ello contra una oposición desmesurada, calumniadora y filibustera.

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Pero mi gratitud va más allá que sus logros y desaciertos, que los hubo sobre todo en política exterior (Libia y Siria, fundamentalmente), para abarcar terrenos menos tangibles pero muy valiosos en el mundo desnortado y cínico de hoy día. Su prudencia política, su exquisita educación y formación intelectual, su estructurada oratoria, su tono siempre respetuoso, su pulcritud democrática, su decencia personal y política, en fin, son aportaciones ejemplarizantes y que no podrán ser demolidas por un irresponsable dinamitero. Gracias, Barak y… ¡Hola, Michelle, te esperamos!

DOMINGO, 15
Me hubiera gustado cantar anoche a coro Hey Jude en la fiesta d'es Diari pero lo impidieron memecs y «orugamientos». A ver si llegamos en condiciones al centenario… Mientras tanto sigue el dulce enclaustramiento preventivo amenizado por los partidos de la Premier League, el discreto encanto de ver fútbol sin pasión, sin preocupación alguna por el resultado, dejándote llevar por el espectáculo libre de cargas emocionales. Si ocurre algo interesante en la Liga española, algún amigo me informará… Riinng

LUNES, 16
En un valiente gesto que la honra, la ministra de Defensa pide perdón a los familiares de los fallecidos en el accidente del Yak-42, trece años después de la tragedia. Pero no puede evitar echarle un poco de tinta de calamar al asunto, haciéndolo en «nombre del Estado». No, señora ministra, el Estado somos todos y aquello fue una chapuza del gobierno de su partido agravada hasta la náusea por la arrogancia y prepotencia del ministro de entonces, el inefable «Manda huevos».

MARTES, 17
Decido celebrar la diada el primer año que la pasen al mes de junio. Mientras tanto, «cautivo y orugat el ejército identitario, las tropas sedentarias han alcanzado sus últimos objetivos narcotizantes…». Visca Sant Antoni.