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No lo verán, queridos lectores, ni en una sola portada de los periódicos. Tampoco abrirá ningún informativo, ni será un tema a debatir en las miles de plomizas, e inútiles, tertulias que emite la caja supertonta, estamos a otras cosas, ya saben. Así que para romper inercias, y ya que el único interés de este artículo es hacer pública una opinión, y disfruto de la libertad del no remunerado, abriremos diciendo que según la OMS el hambre ha aumentado en el mundo un 38 por ciento, casi nada. Al parecer el hambre en nuestro planeta alcanza ya al 11 por ciento de la población. Según UNICEF cada año mueren en el mundo 5,6 millones de niños por falta de comida, un autentico genocidio alimentario del que muy pocos hablan, y de lo que no se habla no existe.

Lo siento, sé que produce una gran bajona conocer unos datos tan escalofriantes. Sé que es más refrescante estar a la chorrada del politiquillo de turno, o al sainete del famosete vacuo, o a la distracción de ver si la pelotita entra o no, pero hoy me he levantado, muy otoñal y con muy mala leche, dándole vueltas a la cabeza sobre lo que es realmente importante y lo que no. Ustedes sabrán perdonarme, todos tenemos esos días en que nos aprietan los calcetines. Y estarán conmigo en que cuando hablamos de millones de niños que mueren de hambre, estamos hablando de lo sustancial. Claro que es necesario distraerse con otros temas, estar todo el día con depende que información en la cabeza nos llevaría a la depresión, y cuesta mucha química y una pasta en psicólogos salir de ella. El quid está en encontrar el equilibrio para tampoco creernos que lo que nos venden los comprados, y serviles, medios de comunicación es lo que ha de ocupar nuestro tiempo y esfuerzo.

Dicen los expertos que el incremento de la hambruna es debido a que ha aumentado el número de guerras, y al llamado cambio climático. Hay más de 37 guerras oficiales en países como Siria, Iraq, Nigeria, Sudán, etc. Además de países que oficialmente no están en guerra pero en los que hay conflictos armados y por lo tanto muertos por armas a cascoporro, como pasa en México con sus crueles carteles de la droga. Son cientos de pequeñas guerras mundiales que se libran a lo largo y ancho del planeta Tierra y donde siempre, siempre, el interés de algún poderoso se salta toda ética y moral y comete los crímenes más sanguinarios con tal de meter unos cuantos dólares más en su bolsillo. Así de inhumana puede ser la especie humana, otra paradoja. Sabemos que el conflicto nos es intrínseco, desde las cuevas nos damos de hostias para vencer al otro. No sé, quizás mucho Iphone y mucha tecnología 3D, pero estamos más cerca del hombre de cromañón de lo que nos creemos.

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Respecto al cambio climático, lo penúltimo es una campaña para que nos hagamos ciudadanos de isla basura. Al parecer hay cinco grandes islas de plásticos, que suman el tamaño de Francia, flotando en nuestros océanos. Y la idea es empadronarse en una de ellas, de forma simbólica, para que tomemos conciencia de lo guarros que somos y de la cantidad de mierda que tiramos al mar. Maltratamos el planeta, menos recursos y mal repartidos, ergo más muertos por hambre.

Si en nuestra lucha por la supervivencia, cada uno con sus circunstancias que diría Ortega y Gasset, nos sobra algo de energía, creo que lo más noble es dedicársela a lo fundamental y no a lo trivial. Y que quede claro que este artículo es solo el insignificante granito de arena de un aburguesadito con conciencia. Feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com