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Tener dos manos para un locutor de televisión se ha convertido en un verdadero engorro, cuando se transmite al respetable la noticia puestos de pie. Entonces no saben qué hacer con aquellos dos brazos y aquellas dos manos colgando. En los bolsillos no se las puede meter mientras le está contando al personal el último rifirrafe en el Parlamento entre Iglesias y Rajoy. Con las manos atrás no se puede hablar de las matanzas de la interminable guerra siria. Con los brazos cruzados tampoco se puedo hablar de los prófugos de la independencia catalana.

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Menos mal que a un libre pensador le dio por pensar a ver que puñetas se podría hacer para corregir lo de las dos manos colgando, porque tal cual estaban, al librepensador le recordaban el espantajo que se mata a tiro limpio allá por la Semana Santa ciutadellenca.

En las manos hay que llevar un papel, un cartón, etc. para que las mismas no parezcan apéndices inútiles. La chabacana solución la han hecho suya todas las televisiones. Se puede decir que el librepensador se lo curró. Puede parecer una tontería, bueno es una tontería, pero ahí están con su papelito en las manos.