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25-II-18

Domingo literal y literariamente invernal. Cielo gris denso con grumos de un negro amedrentador, frío intenso, y múltiples esquelas en «Es Diari» que me hacen recordar al abuelo Pepe, mi suegro aragonés, de quien nos burlábamos porque, a la edad que ahora tiene el dietarista, lo primero que leía del «Heraldo de Aragón» eran las esquelas. Todavía no lo hago-bueno, quizá sí, pero solo de reojo-, pero de un tiempo a esta parte me asalta un pensamiento más sombrío si cabe: me pregunto si me dará tiempo a leer todos los libros acumulados en la mesita de noche… ¡Socorro, que lleguen pronto los nísperos, heraldos de la primavera, para escampar boiras!

26-II-18

Impagable serie de nuestra cronista más casolana Margarita Caules sobre personajes peculiares que pespuntearon nuestra infancia de anécdotas imposibles hoy en una ciudad pasto de franquicias y consumidores homologables con los de cualquier otra ciudad. Los personajes que recrea con respeto y ternura sa filla d'en Gori son historia viva de la ciudad en la que deambulaban, a veces penosamente como na Trote o na Lorito, pero en otras, felices y contentos como el inolvidable Lesio, un ser lleno de bondad y alegría que frecuentaba «Es Diari» y a quien provocábamos asegurándole que aquel año no habría caballos en la fiestas… Gracias por tu esfuerzo S'avia Guideta.

27-II-18

No puedo estar más de acuerdo con Miguel Félix en su columna de «Es Diari», cuyo epígrafe «Valtònic, ni pressó ni homenatges» es más que explícito. Las amenazas, calumnias, insultos y demás barbaridades proferidos por el rapero son indigeribles, no es posible adherirse a un supuesto homenaje por mucho que no se esté-que no lo estoy- de acuerdo con castigarle con pena de cárcel. Me pasa algo parecido con las continuas manifestaciones de Pep Guardiola; no estoy de acuerdo con el encarcelamiento de los políticos catalanes, creo que es un retorcimiento de ley y un abuso de la prisión preventiva, pero no puedo compartir con Guardiola su argumento de que están en la cárcel «por querer votar». No fotem, Pep, están en la cárcel-donde a mi juicio, repito, no deberían estar- por haber transgredido leyes y disposiciones judiciales de forma notoria y reiterada. Una multa simbólica para Valtònic y otra más contundente para los políticos transgresores (junto con su inhabilitación temporal), hubiera sido más que suficiente y menos distorsionador de la vida política.

4-III-18

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La lluvia pertinaz acarrea otro pensamiento sombrío: Què farem quan no hi sigui en Messi? ¡Nísperos, again!

5-III-18

¿Está el sentido del humor en peligro de extinción? Lo digo por las indignaciones (las redes se incendian, se dice) que, según me cuentan, suscitan bromas inocentes como el divertido video de las pretty ballarines protagonizado por el magnífico actor mahonés Josep Orfila y que, al parecer, la propia Úrsula Mascaró se ha tomado con exquisita deportividad; o el asunto Tabàrnia, más complejo pero igualmente trufado de un humor satírico más que saludable entre tanta solemne sobreactuación. Mal vamos si ya no sabemos reírnos de nosotros mismos…

7-III-18

«La forma del agua» es poesía en la pantalla. Y, con todos mis respetos a la inmensa Frances Mc Dormand, el oscar debió ser para la entrañable enamorada del ser anfibio Sally Hawkins, un portento interpretativo…

8-III-18

Un encargo ateneístico me hace repasar mi bibliografía sobre el mayo del 68. Nada más apropiado para un día como el de hoy, de clara reivindicación femenina, porque precisamente en el legendario año del pasado siglo es cuando se produce la eclosión de la píldora anticonceptiva, que pone los cimientos de la segunda gran revolución feminista (la primera le reconoció el derecho al voto): la separación de sexualidad y procreación, o lo que es lo mismo, el libre acceso de la mujer al placer sexual sin otros condicionantes (el obispo de San Sebastián, monseñor Munilla, aún no se lo ha perdonado al demonio sesentayochista).

Ahora parece vislumbrarse la tercera revolución, que pretende terminar con la invisibilidad de los acosos y demás abusos machistas, así como de la no menos vergonzosa desigualdad en las condiciones de trabajo entre hombres y mujeres. Bienvenida sea, con o sin huelga.