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Creo que a la mayoría nos resulta obvio que no hace falta ser pobre para condenar, y para combatir, la pobreza. Como es evidente que no es necesario ser mujer para luchar por la igualdad, o tener hijos en la escuela para defender una educación pública de calidad, o estar enfermo para defender una sanidad universal, o ser inmigrante para defender la solidaridad entre los pueblos. Ni ser homosexual para condenar la homofobia, ni ser negro para condenar el racismo, y aquí ya ponemos un larguísimo etcétera, porque la lista podría ser más larga que los casos de corrupción del partido en el poder, perdón si exagero, son mis raíces del Sur.

Lo que ya no es tan obvio y cuesta más entender es lo contrario, es decir, personas a las que sí les afecta una injusticia de forma directa y clara, y sin embargo defienden, apoyan, o alientan a aquellos que provocan dicha injusticia. Vaya, ha quedado más lioso que los discursos de nuestro presi, intentaré explicarme con algunos ejemplos en los siguientes párrafos.

Un mejicano residente en Estados Unidos que vota a Trump, pues los hubo y a miles. Imaginen la situación, «oye José, güey, votamos al Trump no más. No queremos que más pinches huevones atraviesen la frontera». Toma ya, el personal de origen hispano votando codo con codo con los blanquitos anglosajones de la Asociación Nacional del Rifle que les contratan para limpiar sus casas y cortar su césped. Tendrá su explicación, seguro, pero seamos sinceros queridos lectores, nos cuesta entenderlo.

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Un negro que fuera del Ku Klux Klan. Bueno, sería ya rizar el rizo rizado, pero no le andamos lejos. El primer senador negro de Italia, recientemente elegido, Toni Iwobi pertenece a la xenófoba y ultraderechista Liga Norte. Para más inri el bueno de Iwobi, que es de origen senegalés, es el encargado de inmigración dentro de su partido, que alguien le mande un emoticono por WhatsApp con carita de incredulidad, por favor. Toni Iwobi llegó a Italia en 1975, y parece que piensa que detrás de él se debería haber cerrado la frontera, porque está completamente en contra de la inmigración. Si yo paso los que quedan detrás «que se jodan», que diría la efímeramente famosa Andrea Fabra, los parados no te olvidan, Andreita. Vaya tela senador Iwobi, pasando de la solidaridad con Mamá África y todo eso, deben estar los fascistillas italianos encantados con usted.

Un gay que milita en un partido político que se manifestó en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, e incluso lo denunció al Tribunal Constitucional para impedirlo. Bueno aquí no hace falta dar más detalles, le podemos preguntar al señor Maroto, que nos lo explique despacito y con buena letra.

Se puede ser animalista y vegetariano, estar en contra de las corridas de toros, y sin embargo comulgar con partidos de corte nazi, que le pregunten a la actriz Brigitte Bardot, cuyo eslogan sería «animales sí, personas distintas a mi no». También podríamos ir a tirar cien botellas de cerveza al contendor del vidrio a las tres de la madrugada, lo que demostraría que se puede ser ecologista y un autentico cabroncete.

Aunque igual, en el fondo de todas estas aparentes contracciones, se esconde sencillamente la condición humana, paradójica de forma intrínseca. Como ya hemos repetido en varias ocasiones, quien esté libre de contradicción que tire la primera piedra, o mejor que se invite a la primera caña, que los días en Menorca ya empiezan a ser azules y brillantes. Feliz, sin matices, jueves.