Las elecciones excitan a los que viven de ella, interesan a los periodistas y hastían a muchos ciudadanos. La tercera parte de estos no irá a votar, según la encuesta de Metroscopia, que alude al estado de ánimo y a la desafección ciudadana que provoca como primer motivo para alejarse de las urnas.
Y, sin embargo, el resultado a favor de una tendencia u otra dependerá de la movilización. Los grandes cambios vienen siempre de un flujo de votantes más denso de lo habitual o de una abstención inusualmente elevada.
En la parrilla de salida, las encuestas –no solo el CIS de Tezanos–, sitúan a Pedro Sánchez en la primera posición. No es el piloto mejor valorado, pero la marca socialista ha recuperado la mecánica perdida. Todo lo contrario que Pablo Casado que es el tercer líder en valoración y su monoplaza anda bastante escacharrado. El PP pierde posiciones vuelta a vuelta y, según las encuestas, caería a porcentajes de en torno al 20 por ciento, frente a los 27 que ahora mismo le dan al PSOE después de haber comandado la última etapa.
El ‘Fernado Alonso’ de la política española también conduce un monoplaza naranja. Albert Rivera es el piloto con más alta valoración, pero la marca, como McLaren, ha ido a menos. Ciudadanos representa la opción liberal y más versátil para las maniobras arriesgadas, ha facilitado la llegada a meta del ganador en varias carreras pero las expectativas de llevarse un día la victoria siguen lejanas.
Peor anda Pablo Iglesias, relegado a la última plaza con una marca que hace cuatro años prometía y hoy aparece con los amortiguadores rotos. Pero cada carrera es distinta y, como dicen los comentaristas, «todo puede pasar». Y pase lo que pase, el final lo conocemos, quien decidirá el premio de vencedor serán los de siempre, las marcas catalana, vasca y hasta canaria.
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