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Me gusta como están cambiando algunas cosas. Y como se van normalizando incluso gracias a la publicidad. Una tienda online inglesa que vende de todo, al buscar ropa para niños, me doy cuenta de que los modelos eran niños, algunos de ellos en sillas de ruedas o con ciertas enfermedades. En otras paginas online también he visto modelos con síndrome de down. Me encanta verlos. Porque humaniza, y normaliza. ¿Cómo no se les ocurrió antes? Esto es un signo de que las cosas mejoran. De que las sensibilidades de ciertos empresarios están dando un giro a una sociedad viva que se ve en la calle. El panorama político que pinta España como Europa o hasta Estados Unidos no va acorde con la sociedad que se va viendo en la publicidad. Una sociedad ilusionante. Donde hay cabida para todos desde el respeto. Estoy tan contenta de que mis hijos crezcan viendo estos modelos, lo cual tendrán una mirada más atenta y sensible.

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Hace unos días en el aeropuerto mi hija la mayor de cuatro años se percató de una señora que andaba con una cojera exagerada y la cadera bastante desencajada. Estaba en la fila de espera para embarcar y mi hija detrás de ella me pregunta: «Mamá porque está mujer anda así» y le contesté «anda con estilo, diferente a ti y a mi. Está bien ser diferente» puse en práctica el libro «It’s okay to be different» de Todd Parr. Me encanta y recomiendo este cuento. Es un descubrimiento.

Otra de las cosas que están cambiando son los sitios para aparcar. Ya hay en Menorca empresas que piensan en la persona mayor, personas discapacitadas, en las madres y padres que van con niños y en las mujeres embarazadas. Por ejemplo en una gasolinera española hay un reservado con un cartel donde se interpreta que pueden aparcar tranquilamente estas personas mencionadas. Ahora que vamos para las elecciones me gustaría que algún partido político de la Isla recogiera esta iniciativa. Que en los parkings públicos hubieran reservados para ancianos, madres y padres con niños, y embarazadas sin pagar. Por experiencia a veces he tenido que aparcar en el quinto pino porque en esos momentos no tenia suelto, o lo que tenía era justo para la merienda. Necesitamos que las personas que administran nuestro dinero sean sensibles a este grupo de personas que nombro, y hagan viable dos o tres reservados. Eso ayuda a hacer una ciudad más humana.