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No sé qué decirles a mis hijos para que vayamos otra vez a votar. La primera votación cuando tocaba después de un moción de censura, fuimos con ganas a dar nuestra opinión en las urnas. La segunda votación, les expliqué que las personas electas que nos tenían que gestionar el país no se ponían de acuerdo. Pero ahora que vamos a unas terceras elecciones qué les digo: «que los adultos no sabemos ponernos a trabajar por el bien de los demás», «que el ego no hace avanzar a la personas». Y si se lo digo ¿qué van a aprender?, nuestros errores. Una vez más se cumplirá la letra de Joan Manuel Serrat, «Esos locos bajitos»: ‘cargan ... con nuestros rencores y nuestro porvenir’.

Amae, mi hija de cinco años, cursa el último año de infantil. Y durante esos años el colegio tiene unas normas en clase para designar encarregat (encargado) de mesa a un alumno cada semana. Esos días que le toca ser ‘responsable’ debe llevar un delantal para distinguirse del resto de participantes de la mesa de trabajo. Los delantales por tradición deben de conseguirlos los padres y madres: o lo confeccionan ellos o lo compran. Y este año a diferencia de los demás han salido muchas voluntarias. En un principio se tenía la idea de que un grupo de mamás se reunían para hacer los delantales juntas, pero este año dos o tres mamás por independiente también se han unido a la causa. Y me parece que estamos en superávit de delantales. ¿Por ello nos vamos a enfadar? ¿Por ello vamos a convocar una reunión para tomar medidas? ¿Por ello les vamos a decir a nuestros hijos que los adultos no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo en la confección y por eso no hay delantales? Qué absurdo hubiera sido. Las otras clases no sé si se hubieran reído de nosotros, por lo menos nos hubieran mirado con asombro. Lo que sí tengo claro que de no haber sido flexibles en las voluntades de los adultos es que nuestros hijos, y alumnos del colegio hubieran tenido que esperar y así ralentizar su curso lectivo.

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Espero que con este ejemplo nimio se entienda a lo que nos llevan los políticos. Personas que nosotros los ciudadanos-votantes hemos elegido para que lleguen a forman un gobierno estable y que dé garantías de bienestar a los ciudadanos.

Así que una vez más iré con mis hijos a las urnas a votar, y a cumplir como deber ciudadano. Les enseñaré que hay que ser responsables. Y que no hay que ‘cargar’ con los errores de los adultos. Ellos son una nueva generación que deben de dar luz, y ser lo más resolutivos posibles para solucionar problemas o conflictos por el bien de los demás, sino todo se para, y no funciona la empresa común que es este país.