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Estoy convencida de que alguien espiritual, quizás su madre la princesa Diana, ‘la puso’ en el camino de Enrique. ‘Y ella’ estaba predestinada a difundir aún más si cabe, sus buenas intenciones. Desde adolescente ya se la veía en actos contra las injusticias. Estoy hablando de la actriz Meghan Markle y su marido Enrique, el príncipe de Inglaterra.

Enrique tenía un plan. Estas cosas de independizarse de la Corona -en lo económico y dejar de ser miembro ‘senior’ de la familia Rreal- no surgen de hoy para mañana. Pero necesitaba una compañera cómplice, y que le apoyara dándole seguridad en sus actos. ‘Y la vida’ se la puso en el camino. Fue un deseo vibrante, y el universo se lo concedió. Es una suposición que me hago, me gusta empatizar con las personas que buscan salir de la zona de confort. Y que tienen una ausencia irremplazable, su madre.

Esta pareja está marcando unas líneas de vida muy sensatas, que ya podían estar orgullosos en palacio empezando por la reina Isabell II. Un nieto que no da escándalos como sus hijos, todo lo contrario -por ahora-. Enrique quiere ser libre y tomar sus propias decisiones como su agenda laboral y su vida privada. Tiene todo su derecho. Él no eligió nacer en una familia Real. Quiere que su hijo crezca fuera del foco mediático. Que tenga más o menos una vida a pie de calle. Que cometa aciertos y errores pero sin ser juzgado por el mundo a través de una foto impresa. Quiere que su mujer por el hecho de casarse con él no pierda su derecho a trabajar en lo que le gusta, y en lo que -seguramente- le ha costado lo suyo. Y él quiere no depender de nadie, ni siquiera del ciudadano de Inglaterra. Ni ser machacado por la prensa sensacionalista.

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Seguro que Enrique sabe que es una persona privilegiada, y dará gracias por ello. Pero no por nacer en la comodidad tiene que pagar un precio alto, ‘la no libertad de sus actos’.

No los conozco, ya me gustaría. Pero sus gestos, su comunicación no verbal me transmiten verdad. Y me emocionan.

Enrique perdió a su madre en los albores de las adolescencia a los 12 años. Y ha manifestado recientemente que le costó madurar la pérdida y todo lo que conlleva. Me parece de valientes abrir el corazón para que otras personas también lo puedan hacer sin pudor. Siempre la tiene presente y en detalles la vuelve a resucitar como cuando visitó el campo de minas en Angola, que Lady Di estuvo tan entregada a la causa. Enrique y Meghan quieren dar visibilidad a proyectos humanitarios, y entre otras qué mejor que visitar su Instagram y ver a quien siguen.

Antes de concluir, me gustaría reflexionar sobre la palabra Megxit, ¿por qué damos la responsabilidad a Meghan con esta palabra?. Considero que hay una mala intención, indirectamente se piensa «la mujer siempre tiene la culpa». Y otra puntilla, el brexit es inglés no americano como ella. Poco acertada esta nueva palabra.