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No debe de ser nada fácil armonizar las distintas necesidades y prioridades de las mismas de todo un país, hacerlo además en medio de la complejidad de la peor pandemia mundial de la que se tenga noticias. Quizá por eso se han ido dando sobre la marcha tantas informaciones, tantas modificaciones de las mismas, tantas correcciones, hasta a veces modificar un criterio unas horas después de haber dado la noticia, o lo que es lo mismo, en lo que va de la mañana a la tarde, donde el personal no ha sabido a veces a qué carta quedarse. «Con estos políticos de hoy en día no se pueden atar cabos» decían algunos. Para mí tengo como lo más doloroso el baile de cifras en el número de fallecimientos, podría también llamarlo el baile de los muertos, pero no me gusta la frase.

Hace unos días, el número oficial sobrepasaba los 28.000, por la tarde de ese mismo día, la cifra aumentaba exponencialmente hasta que una tarde desaparecieron de esa dolorosa cifra 2.000 fallecidos.

Las diferentes maneras de afrontar un tema tan delicado, sin duda sea debido de que ninguna autoridad sanitaria ni política ha tenido la ocurrencia de armonizar todas las autonomías con los mismos criterios, y así tenemos que recogían las defunciones que solamente se producían en los centros sanitarios. Otra fórmula parece que ha sido la estadística comparativa. ¿Cuántos fallecidos hubo en marzo de 2019? ¿Cuántos en marzo de 2020? Ahí simplemente se hacía una resta y se tenía los fallecidos por covid-19, y esa estadística no es más que una matemática aleatoria, que como aproximación puede valer pero no como una realidad irrefutable. Presten atención a la portada de «El País», jueves 28 de mayo 2020, dónde dice «los registros suman 43.000 muertos más de lo normal en España, eso es según consta en los registros civiles, 19.000 muertos en residencias de ancianos, 9.000 de ellos fuera de los recuentos oficiales».

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Volviendo al día que Sanidad quitó de los datos publicados 2.000 fallecidos, otro titular en la portada del «El País» lo calificó de «el desbarajuste de los datos», y eso, con ser un verdadero desastre, no es ni mucho menos todo. En la revisión que se hace el martes 26 de mayo 2020, lo más sorprendente fue que en una semana se habían registrado 50 muertos, una media de 7 diarios, cuando solo el domingo de esa semana se informaba de 70. Evidentemente en ese punto, las informaciones que se han ido dando son muy mejorables.

Hubo un tiempo, extrapolando el dato, en que los domingos por la noche se daba la noticia de los fallecidos en accidente de tráfico de ese día, los que fallecían al otro día o algunos días después, como consecuencia de los traumatismos sufridos en su accidente, no figuraban en la estadística como muertos en accidente de tráfico.

Si resulta que tenemos contaminados por la covid-19 que son asintomáticos, me pregunto por ignorancia, si también podemos tener fallecidos por lo mismo que sean asintomáticos, lo que supondría no formar parte de la estadística de fallecidos por el virus.