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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció por sorpresa el 24 de febrero un paquete de 11.000 millones de euros para "empresas, pymes y trabajadores autónomos" en "el turismo, la hostelería y la restauración". Pero no dio ningún detalle sobre el calendario, el formato y el contenido de estas ayudas.

Al persistir las incógnitas, el consejero delegado de Meliá Hotels, Gabriel Escarrer, reclamó explicaciones: "necesitamos que se concreten estos 11.000 millones". El Consejo de Ministros debía aprobar el martes el plan de ayudas con esta cantidad, pero las discrepancias entre PSOE y Podemos lo impidieron.

El secretario de Estado de Derechos Sociales y responsable económico del partido morado, Nacho Álvarez, reprochó el mismo martes en Twitter a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que no se hubiera aprobado el plan. Calviño, a la que esperan en Mallorca el 29 de marzo, afirmó que "es una cuestión muy compleja, que no se resuelve con un tuit o una nota de dos páginas". Y con su habitual zalamería, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, atribuyó el retraso a cuestiones "puramente técnicas".

PSOE y Unidas Podemos no se habían puesto de acuerdo al exigir los morados una partida de 8.000 millones en ayudas directas, pero los socialistas eluden concretar la cantidad y, en cambio, plantean quitas, la reestructuración de deudas de empresas o con la banca, y la prórroga de la suspensión del deber de pedir el concurso de acreedores. Al verlas venir, la organización de autónomos UPTA exigió ayer que el fondo de 11.000 millones "no quede en manos de la banca" y que solo será efectivo si se reparte en función de la pérdida de facturación. Puestos a pedir, Andalucía ya reclama el 20 por ciento de estos 11.000 millones y un plan industrial como el de la fábrica de baterías de Cataluña.

Y preguntamos: ¿qué llegará a Balears y qué conseguirá Menorca de estos 11.000 millones?