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Hay días que no puedo más con las noticias, cansado de oír insultos y no oír una sola propuesta razonable, luchas entre partidos cuya prioridad no es el beneficio de los ciudadanos sino ganar elecciones, mientras vemos que no se cumplen las promesas que nos hicieron antes de las elecciones. Es agradable de vez en cuando leer alguna noticia irrelevante en la prensa que te saque de esta realidad.

Cuando digo noticia irrelevante no me refiero a esas noticias que son más bien cotilleo, como las andanzas del señor Urdangarin y otras estupideces semejantes. Parece que cada vez hay más de ese cotilleo en la presa y casi todos los periódicos digitales ya llenan con ello la mitad de su primera página. Casi no se puede encontrar un diario que se limite a presentar las noticias relevantes.

Las noticias a las que me refería son las que te llevan al pasado de la sociedad o de tu vida privada. Así, hace ya unos meses salió en la presa la noticia que un funcionario del Ministerio de Defensa del Reino Unido había dejado unos papeles secretos en una parada de autobús de Kent. Curiosamente algunos de estos papeles hablaban de la posible reacción de Rusia a la presencia de barcos de guerra británicos en las aguas de Crimea. No he vuelto a ver nada sobre este asunto ni quién fue el que perdió los papeles.

En si esta noticia no tiene nada importante para la mayoría de las personas, pero sí la tuvo para mí ya que me llevó atrás en mi vida unos 70 años. En aquella época yo era un niño que vivía con mis padres en un piso de la calle Hannover de Mahón. Yo era un niño muy curioso y muy callado. Me fijaba mucho en todo lo que pasaba a mi alrededor y guardaba todas las cosas que consideraba eran parte importante de las historias de mi familia.

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Ese día, al que me llevó la noticia, yo estaba en casa y mi madre vino de comprar pescado en la pescadería. En aquella época, en la pescadería envolvían el pescado fresco en papel de periódico, pero aquel día me di cuenta que no era papel de periódico en lo que habían envuelto el pescado, así que cogí el papel y me lo llevé a mi cuarto para ver lo que era y nada dije a nadie sobre ello. Eran dos hojas de una carta, bastante deterioradas, escritas en francés y que llevaba un sello diciendo que era muy secreto. Aquí he reproducido el comienzo de la carta y en la que se ve el sello. A mí me pareció algo muy interesante y la guardé. Después de años de cambios de domicilio, de país, incluso de continente, aún la tengo a mi lado.

La carta es del Gran Cuartel General del Ejercito francés y firmada por el general Maurice Gamelin, Comandante en Jefe de las tropas francesas durante la segunda guerra mundial. La carta debió ser escrita después del 26 de febrero de 1940, ya que hace referencia a otro documento con esta fecha y antes del 17 de Mayo de 1940 cuando fue destituido por su desastrosa estrategia durante la Batalla de Francia. Debieron ser 10 años más tarde cuando encontré la carta.

En la carta se discuten varios aspectos de la estrategia en aquel momento, un momento muy difícil de la Batalla de Francia. Es complicado seguir lo que dice ya que la carta está rota y creo que al menos falta una página. Pero es muy curioso por el momento en que la escribió que fue el más difícil de su vida.

Supongo que después de más de 80 años desde que fue escrita, la carta ha dejado de ser secreta. Pero para mí lo más intrigante es cómo esa carta llegó a la pescadería de Mahón y quien perdió los papeles. Posiblemente vino con algún barco de guerra francés que atracara en el puerto de Mahón, pero eso es solo especulación.

Pero vamos, para mí lo importante de la noticia a la que me refería al principio es que me ha llevado a bucear en algunos aspectos de la segunda guerra mundial, me ha llevado a otra época de mi vida y por un corto tiempo he salido del barrizal que es el leer sobre la política del presente.