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Escribió Francesc de B. Moll: «és una gran sorpresa l’aparició d’un escriptor joveníssim que, sota el títol poc expressiu de ‘Contes menorquins’, ha estat a punt de guanyar el premi Les Illes d’Or». El filólogo menorquín prologó la primera edición de aquella obra, de la que destacó su «fantasía desbordada».

Escrita por Pau Faner a finales de 1971, con 22 años, poco después de la muerte de su padre, y publicada en 1972, hace cincuenta años, fue la primera incursión literaria de aquel joven, intrépido y desconocido escritor menorquín.   

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Después del largo silencio que nos retrocedía, en el tiempo, al siglo XIX y la primera mitad del XX, con los nombres antiguos de José M. Quadrado, Ángel Ruiz y Pablo y Mario Verdaguer, brota el ingenio y la fantasía de Pau Faner, acertadamente descrita por Joan F. López Casasnovas como «la força de la imaginació fabuladora». El hijo de Doro Faner y Paca Coll decidió -en aquella casa de la calle Santa Bàrbara de Ciutadella- que sería escritor.

Josep Maria Llompart explica que «en 1972, cuando estuvo a punto de ganar el premio Les Illes d’Or, nadie sabía quién era Faner. Y en Ciutadella no sabían dar razón». Incansable, aquel Faner-feiner escribe, escribe y escribe, con el vértigo de la creación de personajes inverosímiles cuya acción transcurre en la Isla que navega sobre el mar, mundos oníricos y universos caleidoscópicos. Aquel mismo    año concluye «Els negociants», «Narracions inspirades» y «L’arcàngel». Empezaba, imparable, una trayectoria fructífera que renovó el panorama literario de Menorca.

Coincidiendo con los 50 años de la publicación de «Contes menorquins», el Ayuntamiento de Eivissa ha nombrado escritor del mes a Pau Faner, con la organización de distintas actividades, que incluyen artículos y conferencias. En Menorca, con la mirada puesta en la Región Gastronómica y en la Ley de Reserva de Biosfera, este aniversario es ignorado y pasa desapercibido.