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La moción de censura es una posibilidad política que en democracia debe de usarse de manera muy puntual, solo cuando la situación así lo requiere. Recuerdo la moción de censura de Felipe González, que por cierto perdió, contra Adolfo Suárez entre el 28 y 30 de mayo de 1980. Pero su categoría política le sirvió para, a pesar de haber perdido, dejar diáfana la ruta futura hacia la Moncloa.

Pedro Sánchez presentó una moción de censura contra Mariano Rajoy que le llevaría al poder. La primera moción de censura de Vox que presentó en octubre de 2020 solo obtuvo sus propios votos. A mí me parece que lo primero en este tipo de industria es sopesar con qué votos se cuenta antes de ir tan alegremente a una moción de censura. A nada que las cosas se le tuerzan a Vox más de lo que ya están se pueden dar un «bofetón» de los que se recuerdan toda la vida sin tener que consultar ninguna hemeroteca. Lo más probable es que repita la astracanada1 que ya tuvieron los de Vox en octubre de 2020. No se me alcanza cuál es la finalidad real de esta nueva moción de censura de Vox. No consigo ni vislumbrar qué es lo que esperan alcanzar los técnicos de ese partido que no sea estar durante dos días «vapuleados» desde la tribuna del progreso. Se ha rumoreado que Feijóo y Abascal se habrían reunido, supongo que para sopesar las posibilidades de que el PP apoye la votación que como colofón final se tiene que dar y en mi opinión Vox tiene perdida porque al PP no le conviene para nada a estas alturas de la película darle un voto que la sociedad no iba a aceptar por no comprenderlo.

No sé qué puede haber de cierto pero tengo oído que pactaron no sacar en el debate el tema autonómico ni el tema feminista, si no ha sido tirar falsos cohetes y realmente fuera así ahí tiene una base Pedro Sánchez que sin duda utilizará. En este sorprendente debate de una moción de censura a todas luces inadecuada, lo que más me sorprende es que el candidato de la formación de extrema derecha sea Ramón Tamames. Le vi en un mitin en Torrejón de Ardoz cuando era dirigente del Partido Comunista (PCE). Tamames lleva un marchamo de intelectual pero es también un octogenario de 89 años frisando los 90 que le convierte en nonagenario. Puede que tenga la mente todo lo lúcida que se quiera aunque pasar de ser dirigente del Partido Comunista (PCE) a ser nada más y nada menos que el candidato de Vox en su moción de censura contra Sánchez, no es precisamente poquita cosa. Por otro lado no se puede pasar de soslayo sobre lo que a Tamames se le viene encima: dos días de debates que serán duros o no, en función de por donde vaya la oratoria del candidato que además tendrá que dar «pelos y señales» de lo que ofrece Vox para gobernar España. No es en mi opinión tarea cómoda o fácil para ningún candidato y menos aun cuando se va lastrado por todo lo que significa la merma física y psíquica de ser prácticamente nonagenario y mira que le he tenido ley como intelectual a este hombre… no comprendo cómo Tamames se ha metido en semejante charco. Y lo digo con todos los respetos.

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Si echamos mano del artículo 176 del Congreso, tras la presentación y admisión de la moción de censura por la mesa del Congreso, se podrán presentar en las próximas 48 horas mociones alternativas si bien la votación de las mismas no puede ser antes de transcurridos cinco días. Con lo cual la lógica para el debate se dará el día 4 de marzo.

No quiero ni dejarlo en el tintero ni que se me despiste dar mi opinión sobre si el señor Alberto Núñez Feijóo podrá o no podrá intervenir. Mi opinión es que no podrá hacerlo por mucho que se haya intentado retorcer la ley. En cualquier caso creo que la situación de no poder intervenir le beneficia. Por lo menos Feijóo no se va a encontrar con una situación creada por la extrema derecha que le haría muy difícil tanto favorecer como contradecir aquello que pueda decirnos el señor Tamames.

1 astracanada: Obra teatral o espectáculo con acciones disparatadas y chabacanas.