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1-    Desagradecimiento permanente: ‘Dícese de quien no tuvo padre y no tiene hijo. Y fue Rey de España’ (‘Yira, Yira’, podcast de la madrugada de los viernes, de Arcadi Espada). Sí, hablamos de ese anciano al que unos vengadores exiliaron a un país medieval y al que dicen presionan para que no regrese a su propio país. Un país al que evitó un nuevo enfrentamiento de sangre liderando la Transición a la democracia, el que acertó al forzar a Torcuato Fdez. Miranda a meter a Adolfo Suárez en la famosa terna de presidenciables para que desmontase el Régimen desde dentro, ‘De la ley a la ley’. El que propició el encuentro entre Fraga y Carrillo y el que nos salvó de un golpe de estado. El que ayudó a nuestras grandes empresas a expandirse por el mundo disparando la economía del país, el que nos dio prestigio y quien escoltó el cambio social español a la modernidad.   

La prensa, esa criatura siempre sedienta de sangre, ha creado un escándalo de algo normal: que un español libre de todo cargo venga a su país cuando quiera y cómo quiera. Es esa misma prensa lasciva la que promueve el enfrentamiento ficticio entre un padre y su hijo. ¿Nadie recuerda ya su discurso del 23F cuando todo el país estaba acojonado? Las decisiones de esta persona cambiaron el devenir de España, nuestra historia y nuestras vidas. ¡Y qué más da si se cobró unas comisiones por las ganancias que tuvimos todos! ¡Y qué más da si se cepilló a todas las que pudo! ¿No lo hacen muchos hombres?

2- De sectas: «En la actualidad... sus técnicas se han perfeccionado y el reclamo ecológico es el más utilizado. Excursiones a parajes bucólicos, en grupos reducidos, o jornadas de playas son algunos de los programas que ofrecen las sectas...». (Editorial D. Menorca, domingo 23 de abril). Y algunos piensan en el ecologismo radical de la isla, ese que promociona histerias colectivas que casi lo convierten en una secta. ¿Por qué ese interés en mostrar la isla como un estercolero infecto, sin agua, con un aire contaminado, un subsuelo polucionado, masificada, reseca, etc? cuando todo es una mentira interesada. La isla nunca fue tan verde como ahora. El turismo ha sido una bendición para la isla ecológicamente hablando. Extensiones que estaban secas e inermes, auténticos pedregales, son ahora grandes jardines llenos de vida. Tierras abandonadas están ahora cuidadas... ¡No exageren por favor!

3- Magnífico y clarividente artículo de Sebastíà Rotger («Endogàmia, elitisme i arrogància en la cultura menorquina» - D. Menorca 25 de abril 23) en el que denuncia y desnuda lo que su título indica. La cultura menorquina hace ya muchos años que está raptada por la secta catalanista (movimiento que algunos estudiantes en los años sesenta importaron de la Universidad de Barcelona y que aquí germinó en tierras eclesiales propicias cercanas al Seminario de la época). Son los mismos, ya convertidos en numerus clausus,    que hace más de cuarenta años vienen pontificando sobre lo que es verdad y sobre lo que no puede ser admitido: la discrepancia fundada a sus planteamientos cerrados a una ideología política determinada. Son los que han convertido la lengua en un instrumento político que usan a su conveniencia. Tienen el indudable mérito de haber conformado el ‘mainstream’ cultural menorquín durante las últimas décadas porque nadie se les ha opuesto realmente. Para su vergüenza tanto el PP como el PSOE    han colaborado decididamente con ellos.

Su influencia ha llegado al punto de contaminar toda la vida isleña hasta extremos inusitados. Incluso se han permitido intentar poner vetos a articulistas (como el que escribe) por no ser afín a sus ridículas fatwas. Son esos que intentan prohibir las verdades de otros. Es triste que la civilización occidental    no haya aprendido todavía que el totalitarismo (en cualquiera de sus campos) solo conduce a la pobreza intelectual y al esclavismo unidireccional.       

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En Menorca se intenta abolir la lengua española (el propio IME se negó a publicar textos en español de conocidos autores menorquines) tanto en la educación como en las manifestaciones culturales (ahora incluso se anuncia que ya ni se admiten textos bilingües para conseguir una subvención). El catalanismo utiliza como buque insignia en Menorca a ese IME, auténtica embajada de la Generalitat catalana en la isla, que vive de succionar recursos fraccionados al pueblo menorquín. Es ese supremacismo pretendida y ridículamente elitista que pontifica sobre temas lingüísticos que son siempre opinables y discutibles, y nunca científicos, porque no pueden demostrarse en una probeta sino que son simpes decisiones unilaterales de unos pocos que pretenden imponer a todos.

2 Menorca ha perdido personalidad bajo la influencia del nacional-catalanismo porque la ha alejado de su forma de ser tradicional. Un lema a recordar: «Cuanto más    catalán, menos menorquín». La Menorca actual no es deudora de 1287 sino de los acontecimientos que la cambiaron en el siglo XVIII. La economía que propició el comercio exterior y la industrialización de la isla junto a la amplitud de miras sociales distintas que se asentaron en nuestra Roqueta es la base de nuestra Menorca actual. No la supeditación exclusiva a un recuerdo puntual histórico, de los muchos que vivió la isla a lo largo de los siglos. Menorca no se debe hoy a nadie más que a sí misma y a su cosmopolitismo, nunca a un aldeanismo ancestral que la empobrece y la disminuye.

4- Dos más: Me chivan que su facturación sentimental en Menorca es notable. Me aseguran que tiene 2 hijas más. Una de una noble ciutadellenca y otra de una burguesa de Mahón con la que coincidió en una cena en el Puerto mahonés y con la se le vio bailando a altas horas de la madrugada en un after de moda.. Pero no se lo crean, eh.

5- Cara dura: ¿Cómo pueden seguir presentándose a unas elecciones quienes después de tirar la piedra esconden la mano y votan en contra de clarificar los pagos que hace el Consell Insular con los dineros públicos? ¿Qué esconden? ¿No ven que la gente pensará que ha habido pagos ilegales o confusos?

6- Un recuerdo para ‘En Paco de Neumáticos Mahón’. Amigo, gran trabajador y buen padre. Descansa.