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Permítanme hoy continuar con el relato de un reciente viaje a esa parte de la historia del siglo XX. Normalmente cuando hablamos de Normandía nos viene a la memoria el famoso Dia D, es decir, el 4 de Junio de 1944. Y ese es el motivo por el cual tanta gente visita esta zona de Francia. Para rememorar esa fecha, visitar los lugares donde tuvo lugar y repasar sus consecuencias.

Les cuento. El viernes 7 de Julio volé de Mahón (Menorca) directamente a Paris Orly. Quiero volver a decir que los vuelos directos son una maravilla para los menorquines que hemos estado tantos años sufriendo y lamentando pérdidas de tiempo con conexiones en aeropuertos dispares y con escalas desesperantes. Por fin vivimos el siglo XXI en Menorca.    Facilitar la movilidad es facilitar la vida y la modernidad.

Llegados a París, el Orly Val te integra en la red de metro y llegas a la estación de Saint Nazarre en poco más de 50 minutos. Desde allí subes al tren que, dos horas más tarde, te depositará en Bayeux, capital de la región de Calvados, en Normandía. Durante el trayecto pensé en los disturbios sociales, más bien culturales,    que ahora sacuden Francia. Son solo el comienzo de una mancha que se extenderá, ya lo hace, por toda Europa. Hay que reconocer que el multiculturalismo ha sido un fracaso: hay grupos de gentes que no se integran ni lo harán nunca. Los europeos debemos superar los complejos de una culpabilidad inexistente. Nuestra civilización no puede debilitarse ni arrodillarse ante otras.

El viaje transcurre por los campos de la dulce Francia rural donde se ve algún château y multitud de plantaciones de maíz y demás cereales, además de rebaños de vacas ‘vermees’, holandesas y algunas totalmente blancas.

Ya en Bayeux me hospedo en el Churchill Hotel, un establecimiento sencillo pero muy céntrico. Desde aquí es fácil apuntarse a excursiones (es aconsejable reservar en temporada alta). Toda la localidad es una memoria de la guerra con una constante presencia de las banderas de los Aliados.

Hay varios lugares imprescindibles a visitar. Lo primero son las cinco playas donde desembarcaron los aliados. Las tropas estaban comandadas por el general estadounidense Eisenhower mientras que los cuerpos de los ejércitos terrestres estaban bajo mando del general británico Montgomery. Los estadounidenses desembarcaron en las playas más al oeste denominadas Omaha y Utah, mientras que los británicos lo hicieron en Sword y en Gold Beach, y los canadienses en Juno Beach. Hay multitud de museos y monumentos repartidos por toda esa parte de la costa normanda. Los de mi generación recordarán las películas bélicas de los años 60 y 70 que exaltaban las proezas del avance aliado hacia Berlín. La caída de Caen, la batalla de Cherburgo, el avance y la liberación de París en agosto del 44, la toma del puente de Remagen, el paso del Rin, la batalla de las Árdenas, la liberación de Amsterdam, etc. etc. Todo ello forma parte de nuestra memoria de juventud.

El pintoresco pueblo de Sainte-Mère-Eglise se hizo universalmente famoso por aquella escena del paracaidista que al caer sobre el pueblo quedó enganchado en una torre de su Iglesia.

Normandía es por eso una región muy turística y creo que lo aconsejable es recorrerla en un coche de alquiler sin tantas prisas. Es lo que nosotros hemos decidido hacer el próximo año Dios mediante.

En Bayeux es forzoso visitar su famoso tapiz que explica la conquista de Inglaterra por los normandos en 1066. Protegido por un largo caparazón de cristal que forma una U curvada tiene una longitud de 70 metros y una anchura de 0,50 metros. Allí se detallan y describen con magníficos dibujos todas las circunstancias que condujeron a la invasión normanda. Es un documento único sobre la vida de la Europa medieval. Muy interesante.

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Una noche cené en un pequeño restaurante sobre uno de los canales que atraviesan la parte antigua de la ciudad. Nunca había comido un canard a l’orange tan bueno. Magnífico y en su punto perfecto. Una gloriosa cena acabada con un Calvados aromático y maravilloso. Conservaré grandes recuerdos de este viaje.   

Mis condolencias por el fallecimiento de quien fue un buen Presidente de SEBIME D. José Huguet.

Notas:

1- Pues sí, claro que celebramos el 80 cumpleaños de Mick Jagger. Un milagro rodante.

2- La cara de Feijóo era un poema cuando salió al balcón de Génova el pasado domingo. Estaba desencajada y escondida detrás de una sonrisa más falsa que Judas. Pero lo más patético fueron las ‘go-gos’ y los saltimbanquis a su alrededor brincando hipócritamente de alegría por no poder sumar para desalojar al sanchismo del poder. La única que parecía entender el drama era Ayuso. La única solución que queda ahora es comprar al  PNV. En política el dinero lo puede todo. ¿Cuánto quieres Andoni y déjate de  monsergas? Ajuria Enea está en venta. Como siempre.

3- La unificación de la derecha liberal-conservadora solo se podrá  producir con Ayuso y Cayetana A.T. al frente del PP. Nunca con el nacionalista gallego, ese hombre de aldea acomplejado ante «La Vanguardia» y el Círculo Ecuestre.

4- Promocionar el miedo a Vox (tanto desde la izquierda como desde el mismo PP, como desde la mayoría de  los medios de comunicación) ha impedido la salida automática del mentiroso compulsivo.

5- Vox necesita un publicista ya. Y una campaña de imagen para que, además de sus 3 millones de ya fieles votantes, haya otros que prefieran también una coalición PP-Vox a una sumisión de un PSOE radicalizado ante todos, repitámoslo, con todos, los enemigos de la Constitución.   

6- Como dice Jesús Cacho («Vozpópuli»): «Este es un país en el que un partido como Vox, perfectamente constitucional, es un peligro sin paliativos para las libertades mientras que partidos comunistas, separatistas, xenófobos y supremacistas son la cosa más simpática y homologable del mundo».

7- Lo del exconseller de Manipulación y Adjudicaciones varias de Més en el CIM tiene tela.