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Después de las elecciones municipales y autonómicas celebradas el 28 de mayo de 2019, la presidenta del Partido Popular de Menorca, Misericordia Sugrañes, ofreció al PSOE negociar un gran pacto sobre seis asuntos capitales.

Entre otros, las obras de la carretera, la promoción y alquiler turísticos, ordenación del territorio, gestión del agua y la simplificación administrativa.

«No solo es posible, sino también deseable», proclamó Sugrañes, que había encabezado la candidatura más votada al Consell de Menorca, lo que no implicaba haber ganado aquellas elecciones. Porque sabido es que gana quien gobierna.

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Y en la misma noche electoral ya se vislumbraba un nuevo pacto de izquierdas,    que se acabó materializando tras unos días de incertidumbre sobre la presidencia de la primera institución política menorquina, que Més pretendía ocupar durante dos años. Pero el PSOE resistió y Susana Mora estuvo al frente del Consell todo el mandato 2019-2023.

La dirección del PSOE menorquín apostó por la continuidad del tripartito y se mostró dispuesta a negociar el ‘pacto de Estado para Menorca’ propuesto por el PP, que, al final, quedó en nada porque los populares empezaron a ejercer como oposición.

Al pedir Núñez Feijóo, ayer, a Pedro Sánchez que le permita gobernar durante dos años y que después convocará elecciones generales, puso sobre la mesa un documento de cinco páginas, titulado ‘Acuerdo por la igualdad y bienestar de todos los españoles’, con una significativa fotografía en portada. Es la imagen de la firma de los Pactos de La Moncloa, firmados en octubre de 1977, durante la transición del franquismo a la democracia.

Entre los firmantes, el entonces presidente Adolfo Suárez, Felipe González, Santiago Carrillo, Ramón Tamames y Fernández Ordóñez. España vivía una situación excepcional. Para Feijóoo nos hallamos en una encrucijada similar que motiva esta ‘grosse koalition’. Pero el PSOE seguirá negociando con Puigdemont.