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Cuando ya se acerca el otoño es un buen momento para hacer lo que no puedes cuando hace tanto calor y no por culpa de ningún cambio climático, esa manía extravagante e interesada para justificar políticas empobrecedoras, sino porque simplemente es s’estiu rigurós i fa una calor que fa grinyolar as moixos. El otro día estuve en el centro de mi ciudad de Mahón. Últimamente lamento visitarlo poco porque simplemente no se puede aparcar: los aparcamientos que existen están normalmente colapsados y los otros están prohibidos para los demás mortales que no viven en el centro mismo. Solo queda la solución de aparcar casi en el extraradio de la ciudad y bajar andando. Para luego tener que subir, a pie claro. Un drama. Pero eso tiene un problemilla, el tiempo. No todos somos funcionarios o maestros con días de asueto (creo que se llaman moscosos) o políticos con todas las tardes libres sino que algunos seguimos trabajando todo el día y solo disponemos de un rato acotado para hacer recados. ¡Qué tiempos aquellos en que se podía aparcar delante de la tienda o comercio en cuestión, comprar lo que fuera y salir a por otro recado. En 15 minutos lo tenías solucionado! La Belle Époque de Mahón.

La falta de aparcamientos está directamente unida a la crisis del comercio tradicional en el centro de la ciudad. Hace ya muchos años que los vecinos fueron forzados a cambiar sus hábitos y cambiar el comercio des cap de cantó para tener que    trasladarse a comprar sus alimentos al Polígono Industrial. El resultado es que ya casi no quedan tiendas de comestibles en el centro ni tampoco ferreterías, mercerías, etc. Solo subsisten unas pocas panaderías por la especificidad de su producto. El resto es explotación turística.       

Pero como digo, el otro día bajé al centro y aproveché para dar un paseo por la ciudad que me vio nacer y que llevo en mi alma y en mi corazón. Y volví a admirar su arquitectura british style, su diseño y su orden urbanístico. Y me entretuve en recordar los comercios y lugares que    fueron y que nunca más serán.

Y recordé La Cigüeña, Hijos de Juan Sintes, La Fantasía, Tejidos Casals, La Casa de la Radio, el Turronero, La Perla, Librería Manent, la OJE (a donde iban tantos socialistas posteriores), Pastelería Adrián, Sturla, Juguetes Valls,  Almacenes Parpal, el Bar Andalucía de Manolo el Malagueño (en el primer piso del rincón frente a la pescadería, encima des gel), Zapatos Viñas, Saborido, Doménech, Colmado La Palma, Sastrería Obrador, Viajes Iberia, Estrada, Sastrería Llufriu (¡no me digas más!), Basilio, Las Medias,  Muebles Victory, Juguetes Cardona, Singer, Ca Na Niní OIiver, Ca Na Niní Deleuze... aquel característico Banco Central en la esquina frente al American Bar con sus puertas giratorias, El Mesón (que fue delegación del Club Marítimo en el centro de la ciudad) y tantos y tantos locales, bares y restaurantes que adornaron la estética urbana de nuestra adolescencia y primera juventud: Bar Pigalle, Tapachula, Menta, La Nave, Chocolate, La Bombilla, Bodega Martínez, Sa Bodega de cas Català, Chez Gaston, El Tritón, Pensión Central, el antiguo American Bar, y docenas más que ya solo son recuerdos. Aquel era un Mahón hermoso y galante que ya  murió o fue fallecido.

Porque para colmo, en 2005 vinieron unos necesitados y nos cambiaron el nombre de nuestra ciudad imponiéndonos un palabro forastero que no es sino un ‘tocho’, un maldito ‘tocho’. El acabose. Si la evolución ha cambiado los comercios y lugares de ocio de la ciudad, la política ha prostituido su historia y las conveniencias personales de algunos la han acuchillado. Pero siempre nos quedará la esperanza: el topónimo resucitará o por una sentencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo o por la reforma de una ley colonialista en un Parlament más sensato. Y se regresará al sentido común. Es cuestión de tiempo pero llegará el día en que las cosas vuelvan a su cauce porque unos irresponsables no podrán borrar la historia de un pueblo que fue pionero en instalar la electricidad, en crear industria, en prever el turismo, en asentar la cultura, en despuntar mundialmente por sus productos,... Todo llegará. Sin duda alguna llegará.

Notas:

1- Hoy día 3 se cumplen 6 años del discurso del Rey que paró el alzamiento nacionalista en Barcelona. Gracias.

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