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Sánchez planteo las elecciones de Galicia en clave de plebiscito. El objetivo no era de otro que decapitar a Feijóo en su propia tierra y provocar una crisis de liderazgo a la derecha española. Para ello contaba con la inestimable ayuda del Sr. Tezanos y de todas las terminales mediáticas dirigidas desde Madrid y puestas al servicio de la autócrata Sánchez. Tampoco le venía mal a Sánchez que Vox se presentará en estas elecciones, ya que daba por hecho que todos los votos obtenidos por Vox eran votos quitados a Alfonso Rueda, candidato del Partido Popular, en quien Feijóo deposito todas sus esperanzas. Pues bien, la realidad del 18F ha sido totalmente distinta, tanto es así que el Sr. Sánchez salió volando hacia su escondite sin dar la cara. Asi pues, y sin ánimo de ser exhaustivo, los hechos han sido los siguientes:

Primero.- Una vez convocadas las elecciones por parte del Presidente de Galicia, la oposición planteo las mismas como una especie de «Match Ball», o «bola de partido», para Alfonso Rueda y Feijóo. Este planteamiento lo asumieron todos los partidos de izquierdas e incluso Vox que aspiraba a ser determinante para formar gobierno.

Segundo.- Para lograr el objetivo, de que el PP no consiguiera la mayoría absoluta, los socialistas pusieron en marcha la maquinaria de juego sucio, iniciando una campaña de desprestigio personal hacia el candidato. Empezaron con los «pellets», se acuerdan aquellas bolitas de plástico, y acabaron exprimiendo al máximo el NO pacto entre Carles Puigdemont y Feijóo. El propio Sánchez afirmó que; «la única verdad de Feijóo es que todo en él es una gran mentira». Como ven el Sr. Sánchez no tiene vergüenza, es decir, es un «sin…», terminen ustedes la frase.

Tercero.- La realidad ha sido que los gallegos han votado de forma clara y contundente a favor del Partido Popular, de su candidato Alfonso Rueda, por tanto de Núñez Feijóo, y dando un varapalo sin precedentes a la coalición de gobierno de Sánchez y Yolanda Díaz.

Cuarto.- El PSOE saco su peor resultado en la historia del partido, en Galicia, (9 diputados), y Yolanda Díaz se estrelló de manera estrepitosa, al no sacar ni un solo diputado. Así Sumar resulta totalmente irrelevante en Galicia y Yolanda Díaz sale gravemente tocada y hundida de estos comicios.

Quinto.- No olvidemos que las elecciones gallegas son las primeras que se celebran después de que Pedro Sánchez firmara una coalición de gobierno con independentistas, golpistas, nacionalistas, y herederos de ETA. También con el BNG.

Sexto.- De nada le ha servido a Sánchez ni los muros ni los bloques, que ha ido construyendo en la política española. Me atrevo a decir que estos muros y bloques han supuesto un auténtico agujero negro para su candidato, José Ramón Gómez Besteiro.

Séptimo.- No es descabellado hoy afirmar que los 25 escaños obtenidos por Ana Pontón , seis más que hace cuatro años, es debido al trasvase de votos del Partido Socialista Gallego al BNG.

Octavo.- El BNG se ha convertido en la segunda fuerza más votada, aplastando al Partido Socialista Gallego, que como ya hemos apuntado se ha quedado con solo 9 escaños, cinco menos que los que tenía antes de las elecciones.

Noveno.- Vox no consiguió entrar en el Parlamento Gallego. Su estrategia fue del todo equivocada, al acusar a Feijóo de querer negociar con Puigdemont. Ironías de la vida: «la derecha no cobarde se ha quedado fuera del parlamento de Galicia».

Décimo.- Destacar que Podemos de Pablo Iglesias no solo no pudo sacar representación, sino que tuvo menos votos que el Partido Animalista.

Así las cosas, la realidad es que el Partido Popular saca su quinta mayoría absoluta en Galicia, con 40 escaños y un considerable incremento de votos, en relación a las pasadas elecciones. Este resultado consolida a Feijóo como autentica alternativa al desbarajuste del gobierno «Frankenstein», y refuerza su liderazgo a la Moncloa. Como dijo Ayuso: «Feijóo 40, Sánchez 9».

Lo que ha pasado en Galicia no es una excepción en el nuevo PP de Feijóo. Lo que ha pasado en Galicia se está convirtiendo en norma desde las pasadas elecciones autonómicas, ya que el Partido Popular gobierna en once Comunidades Autónomas y en las ciudades de Ceuta y Melilla, mientras que el PSOE solo conserva tres.

Como ven, apelar por parte de destacados miembros socialistas a la «fachosfera» que representa el Partido Popular no le ha servido de nada al Sanchismo. El pueblo de Galicia ha hablado claro: no queremos un Gobierno que traicione el espíritu de la transición, que cree muros y divisiones, que rompa la convivencia democrática entre españoles, que privilegie unas regiones por encima de otras, y que pacte con los que quieren destruir España, golpistas, prófugos, independentistas, nacionalistas y bilduetarras.

No puedo acabar este comentario sin hacer una mención especial a la preocupante situación con que queda el Partido Socialista en Galicia, ya que el BNG, con una candidata «vestida de oveja», se ha convertido en la alternativa en esta milenaria región española, escondiendo que el BNG es un partido, que desde su fundación, se declara marxista-leninista y que lleva en su ADN lograr la independencia de Galicia, emulando la ruta que se sigue en Cataluña y el País Vasco. No es raro pues que el Sr. Sánchez tenga que tragarse el eslogan lanzando a los cuatro vientos: «Galicia dejara de rodar con Rueda y empezara a volar con Besteiro». De ilusión también se vive, Sr. Presidente. Galicia seguirá rodando con Rueda y quien ha salido volando hacia su escondite es usted, que tiene la desvergüenza de culpar del mal resultado obtenida por el PSOE a su candidato Ramón Gómez Besteiro que fue por usted digitado.