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Por razones incomprensibles, desde que Darwin nos explicó el funcionamiento evolutivo de las especies y la naturaleza, el término evolución se ha convertido en sinónimo de progreso, y el verbo evolucionar, ya hablemos de ideas políticas, teléfonos móviles o pingüinos, en mejorar. De dónde sacamos la idea absurda de que evolución implica mejora me sigue pareciendo incomprensible, pero igual se trata de un fenómeno lingüístico evolutivo. Parecido a ese empeño del Gobierno en hacer de la necesidad virtud, en lo que coincide con los filósofos de hace 2.400 años. Si todo evoluciona sin remedio, nos guste o no (los agujeros negros evolucionan hasta que revientan), más vale considerar beneficioso ese proceso, y cargado de ventajas evolutivas. ¡Ventajas! No hay más que observar la cima evolutiva de los dinosaurios antes de extinguirse, el poderoso Tyrannosaurus rex, hoy un héroe de la cultura popular. Esas ridículas manitas, y con solo dos dedos. Pobre terópodo, ni siquiera podía rascarse la cabeza, mucho menos sacarse de encima a un velociraptor muy cabrón mordiéndole en el cogote. ¿Ese disparate lo hizo la evolución? ¿De veras?

Pues sí, vaya si lo hizo. La evolución nunca atiende a razones, ni prácticas ni estéticas, solo le interesa la adaptación al medio, y a corto plazo. Y si para adaptarse hay que perder extremidades, o alas (véase al pingüino ya mencionado), o incluso la memoria y el sentido, pues se pierden y se adaptan. Adaptarse al tiempo, el medio y el mercado es lo único que cuenta. Por lo demás, evolucionar es lo más fácil del mundo, pues todo el mundo lo hace sin esfuerzo y sin enterarse. Hasta yo evoluciono, y no les voy a contar todas las cualidades (y extremidades) que he perdido con la vejez. Preferiría no evolucionar más, en serio. Es un fenómeno inevitable y fatal, pero para nada una mejoría ni un progreso. ¿Son Sánchez y Feijóo una evolución de González y Rajoy? Desde luego, igual que Abascal lo es de Aznar, y Trump de algún terópodo (pie de bestia) del Cretácico. Han evolucionado, es decir, se han adaptado. Vale, es la única ley de la supervivencia, no hay más remedio, pero no es ninguna mejora. Ya está bien de tanta evolución, por favor.