George Harrison tiene una canción titulada «Here comes the sun» («Aquí viene el sol»), porque en los países como Gran Bretaña donde llueve mucho, la gente suspira por la alegría que da el sol. Entre nosotros el título anhelado sería «Aquí viene el agua», sobre todo últimamente, cuando ha llovido tras una prolongada sequía. El agua es fundamental para la vida, es más, la vida empezó en el agua, donde se desarrollaron las primeras plantas que a su vez dieron origen a los seres animados más primitivos. El origen del agua todavía es desconocido, pudo llegar con la caída de asteroides y luego, al condensarse el vapor del agua, surgieron las nubes, que propiciaron la lluvia y crearon los océanos. De modo que, si nos quedamos sin agua, se nos va la vida. De hecho, los muertos se quedan sin agua, secos. Se quedan a oscuras, dejan de beber –y de comer-, se pudren y a la larga se convierten en polvo. Todos desaparecemos, no queda nada. Pervivimos en la memoria de los seres queridos, pero ellos también mueren –dejan de beber agua- y no queda huella de nuestro paso por el mundo. Nada.
Les coses senzilles
Solo el agua
07/05/24 4:00
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