Desde hace algunos meses viene siendo imposible dejar mi bicicleta en el aparcamiento habilitado de la plaza San Roque de Maó. Éste se encuentra lleno de bicis atadas con aspecto de no haber sido utilizadas desde hace bastante tiempo a juzgar por el mal estado en el que se encuentran. Algunas de ellas incluso están cubiertas con una lona de plástico para hacer frente a las inclemencias del tiempo. Es fácil deducir que ciertos vecinos han decidido convertir este aparcamiento en un trastero al aire libre.