Imagen de archivo de la boda de Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo. | Efe

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El caso de Mario Biondo, el cámara de televisión casado con Raquel Sánchez Silva, vuelve a la actualidad. Diez años después de su fallecimiento, Netflix estrena la serie documental «Las últimas horas de Mario Biondo» el próximo 3 de agosto. El true crime se adentra en el caso cerrado cuya investigación se ha prolongado entre tribunales y televisiones en España e Italia. La plataforma, que vuelve a apostar por los reportajes sobre sucesos mediáticos, lo ha dividido en tres capítulos de 45 minutos llenos de declaraciones y apariciones públicas de testigos con el objetivo de esclarecer el motivo del fallecimiento del cámara.

La serie ha sido dirigida por María Pulido y cuenta con Guillermo Gómez Sancha como productor, este último ha sido el representante de Sánchez Silva hasta el año pasado. Lo cual, hizo que la familia de Biondo se echará atrás en mitad de las grabaciones. Esto, también, motivó a Óscar Tarruella, exagente de la Policía Judicial y perito criminal, a apartarse del documental de Netflix. Bajo el hashtag JusticiaparaMarioBiondo, Tarruella ha publicado un vídeo en YouTube en el que predice cómo será la docuserie y desmiente aspectos con los que está en desacuerdo. Por su parte, Raquel Sánchez Silva declinó aparecer en la producción.

El tráiler de la plataforma de streaming comienza con una impactante declaración: «Señora d'Alessandro. No me conoce, soy el representante de una empresa tecnológica de EE.UU. La llamo porque tenemos pruebas de que, la noche que murió su hijo, había al menos dos personas en casa». En su vídeo, Tarruella refuta esta declaración, y afirma que fue la propia familia quien se puso en contacto con la empresa y ellos mismos descubrieron que era un fraude. Este documental es una muestra más de la pugna entre la familia del fallecido y su viuda que no comparten el motivo del fallecimiento de Biondo, quien apareció ahorcado en el salón de su domicilio con un pañuelo de seda alrededor del cuello. Tras tres autopsias, dos exhumaciones, 16 jueces españoles y 2 italianos, el caso se archivó en España determinando que fue un suicidio. Y posteriormente en Italia, un juez lo dio por cerrado por limitaciones procesales y plantes que pudo tratarse de un homicidio.