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Aránzazu, la excasera de Julián Contreras, ha entrado en directo en Vamos a ver para relatar la situación de impago que vive con él, pues durante la pandemia le dejó a deber una ingente cantidad de dinero que no ha saldado.

Aunque actualmente ya no reside en esa vivienda, situada en Madrid, la deuda aún no ha sido liquidada. La mujer ha alegado que no sabe exactamente la cifra, pues no solamente son los alquileres que no ha pagado, sino también las deudas que pesan sobre el piso por "los recibos que ha dejado a deber", más "los intereses" y "los abogados, procuradores, cerrajeros...".

"Incluso descontando lo que se le reclamaba del IVIMA (Instituto de la Vivienda de Madrid), del aval, es más de 20.000 euros. Bueno, la cifra está más cerca de los 30.000", ha detallado.

La entrevistada, que ha intervenido por teléfono, ha explicado que en todo momento habló con él, pues era el confinamiento y entendía su situación, porque ella también la estaba viviendo. Sin embargo, ha asegurado que "él no pidió nada" al Estado, que había abierto ayudas al alquiler.

"Entendemos lo que él estaba sufriendo porque lo estábamos viviendo, pero no entendemos lo que vino después", ha relatado. "Cuando termina el confinamiento, sale en una revista que le han visto saliendo de la clínica haciéndose un injerto de pelo", ha criticado. Aun así, los colaboradores de Vamos a ver han señalado que esto se debía a una colaboración pagada.

"Se le manda un burofax y su actitud es 'puedo no pagarte' y luego salió hablando de (su madre) Carmina Ordoñez en el Deluxe", ha detallado Aránzazu para hacer referencia a que estaba cobrando dinero por sus apariciones en televisión.

"(El impago) empieza en marzo, se le reclama la cantidad en junio de 2020 y se le dan los 30 días legales para evitar enervar la acción: o me pagas o entramos por vía judicial", ha enumerado. "Mi abogado presenta la denuncia en julio (...) Se admite la denuncia a trámite y se le notifica en diciembre de 2020. A continuación, el juicio se da para enero, pero él dice ser vulnerable".

"Como los juzgados en pandemia están saturados, servicios sociales pasa un año intentando localizarle para emitir ese informe y se vuelve a aplazar el juicio", ha continuado contando. "Es decir, esto arranca en 2020 y hasta febrero de 2023 no conseguís que se largue de vuestra casa", ha recapitulado Joaquín Prat.

"Todo se retrasa porque su abogado intenta paralizarlo y demorarlo", ha sostenido Aránzazu. "El estado de la vivienda es bastante malo, pero por fin le he echado, por fin he conseguido desahuciarlo".

La excasera de Julián Contreras no ha querido marcharse sin dejar claro el motivo, a su juicio, por el que dejó de pagar: "No es porque tenga deudas y un juzgado le haya embargado la cuenta y le haya dejado a cero, es porque, dentro del dinero que tiene, prefiere utilizarlo para otras cosas".