Muchas personas se crujen los dedos.

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El crujido de los dedos es algo muy habitual, pero no suele conocerse el motivo por el que sucede. El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, explica que «cuando estiramos el dedo, el volumen de la cápsula sinovial aumenta y se genera así una minúscula zona de bajas presiones suficiente para que aparezcan burbujas de gas (dióxido de carbono, oxígeno, nitrógeno), que escapan del líquido. Su estallido es el sonido que oímos al crujir los dedos, al originar un aumento de la presión intraarticular, provocando la liberación de estos gases. Dicho de otra manera, la cavitación es el proceso que provoca el sonido tan característico de crujirnos los dedos».

El citado especialista aclara que «este gesto no tiene por qué tener consecuencias negativas si se hace de forma ocasional. Por tanto, esta práctica no es contraproducente, siempre y cuando, se realice ocasionalmente. En cambio, si lo hacemos de forma muy repetitiva, como si fuera una manía o una obsesión, nos puede provocar molestias, dolor o rigidez. Al practicar esa costumbre de manera muy frecuente estamos irritando y elongando los ligamentos, por lo que podemos producir inestabilidad en las articulaciones».

En este punto, aclara que «es evidente, por tanto, que solo hay que preocuparse en aquellos casos donde aparezca dolor o inflamación persistente, ya que son síntomas de problemas mecánicos en los dedos». March insiste en que «el hábito de chascar las articulaciones no suele acarrear problemas a medio o largo plazo, a no ser que se haga de forma constante, cosa que puede acabar afectando a los ligamentos y tendones».

¿Puede provocar artritis o artrosis?

En relación a este asunto, añade que «los estudios llevados a cabo, hasta el momento, en personas que han desarrollado artritis o artrosis con los años no han probado que crujirse los dedos esté relacionado con el diagnóstico de estas enfermedades». No obstante, insiste en que los pacientes con las citadas patologías no deben crujirse los dedos «por el dolor y el aumento de inflamación que le podría provocar».