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El PP quiere un "cambio profundo" en la educación secundaria y para ello propone reducir un año de la ESO para ampliar el Bachillerato a tres años, con el fin de que los alumnos puedan alcanzar "un nivel formativo que garantice el acceso a niveles educativos superiores en condiciones adecuadas". Para lograr ese objetivo, plantea que sólo se pueda pasar de curso con dos asignaturas suspensas y con un informe favorable del centro educativo. También pide restablecer la asignatura de Filosofía en su configuración clásica "despojándola del empobrecedor planteamiento que la concibe bajo el hilo conductor de la Educación para la Ciudadanía (EpC)".

Así se recoge en el documento 'Propuestas del PP para un pacto por la reforma y mejora de la educación en España' que el primer partido de la oposición enviará hoy mismo al ministro del ramo, Angel Gabilondo, con el que la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, lleva varios meses negociando con el objetivo de alcanzar un Pacto de Estado en educación.

El PP hizo públicas sus propuestas al término de un acto celebrado este lunes en el Parador de Toledo, al que acudieron los ex ministros de Educación de los gobiernos de José María Aznar (Esperanza Aguirre, Pilar del Castillo y el propio Rajoy), así como los responsable de Educación de las comunidades gobernadas por el PP y representantes de sindicatos y asociaciones de padres.

Los populares consideran que hay que reforzar la estructura, los programas y la eficacia del aprendizaje en el Bachillerato. A su entender, en esta etapa formativa se ha producido un "empobrecimiento" debido a su escasa duración de dos años, la consiguiente rebaja en el nivel y riqueza de sus contenidos, y "una facilidad extrema en la promoción" que, según recuerda, el Tribunal Supremo ha tenido que derogar.

Por ello, plantea una estructura de la Educación Secundaria que dote al Bachillerato de una duración de tres años, una mejor organización y distribución de los contenidos de las materias , reforzando el carácter "propedéutico" de estos estudios y el fortalecimiento de las exigencias de esfuerzo y dedicación de los alumnos.

En esta línea, defiende el "mantenimiento, con carácter general, de la imposibilidad de pasar de un curso al siguiente sin haber aprobado las correspondientes asignaturas, salvo dos como máximo, siempre que se cuente con un informe favorable del departamento correspondiente"; una orientación adecuada de las materias de carácter humanístico, evitando su actual empobrecimiento; el refuerzo de la motivación de los alumnos mediante el incentivo de la concesión de becas para el aprendizaje de idiomas en el extranjero; y acordar un "modelo de prueba final de Bachillerato y acceso a la Universidad análogo al de los principales sistemas educativos de la UE".

En su documento, de 26 páginas, el PP aboga por potenciar el aprendizaje del inglés como "modelo de preparar mejor a los alumnos para un mundo global", de forma que el inicio con carácter general del aprendizaje de esta idioma se haga en la segunda etapa de la Educación Infantil (de 3 a 6 años).

En cuanto a la Educación para la Ciudadanía, los populares -que en los últimos dos años han repetido hasta la saciedad que eliminarían esta asignatura si llegan al Gobierno-- plantean un cambio en su configuración y contenidos, por entender que en este momento se "invaden ámbitos educativos que competen a los padres y presenta graves riesgos de adoctrinamiento".

Por ello, proponen "en aras al restablecimiento del necesario consenso en una materia tan sensible", fijar en la etapa de educación primaria una formación cívica de carácter transversal y elaborar unos nuevos contenidos de la asignatura existente en la educación secundaria "que deben ser acordados íntegramente" y "que han de proporcionar a los alumnos el conocimiento de la Constitución".

Además, apuesta por el restablecimiento de la asignatura de Filosofía a su configuración clásica, "despojándola del empobrecedor planteamiento que la concibe bajo el hilo conductor de la 'Educación para la Ciudadanía'".

Además, el PP apuesta por ampliar la libertad de las familias para elegir el tipo de educación y el centro docente conforme "a sus convicciones morales, religiosas y pedagógicas"; considerar el profesorado como factor primordial de calidad educativa y modernizar el sistema nacional de becas y ayudas al estudio. Otra de sus principales propuestas pasa por promover una formación profesional para el empleo, de alta calidad tecnológica. Se trata, según el PP, de potenciar el sistema nacional de calificaciones y formación profesional, haciéndolo "más integrado, flexible y transparente".