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La reforma de las pensiones en España "mejorará significativamente la sostenibilidad financiera a largo plazo del sistema", según un informe de la OCDE sobre el futuro de las pensiones publicado ayer. La OCDE calcula que la cuantía de las pensiones bajará en torno a un 9 por ciento respecto a las actuales.

La propuesta aprobada el pasado enero por el Gobierno y acordada con los interlocutores sociales "reducirá el gasto en pensiones a largo plazo, en el equivalente del 3,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB)", sostuvo la organización con sede en París.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recordó que, actualmente, España gasta un 9 por ciento de su PIB en pensiones, "un poco por encima de la media de la OCDE, pero prácticamente lo mismo tomando en cuenta la situación demográfica".

El análisis específico sobre España publicado por la organización precisa que el gasto actual en pensiones "es mucho más alto en Francia e Italia que en España".

Agrega que el informe de pensiones de la Unión Europea de 2009 estimaba que el gasto en pensiones en España aumentaría por encima del 15 por ciento del PIB en 2050, pero que las reformas anunciadas harán que finalmente se sitúe por debajo de los de Francia e Italia y sólo algo por encima de la media de la OCDE.

En España, el nivel de la pensión percibida en relación con los ingresos salariales sería -sin la reforma- del 81,2 por ciento, muy por encima del 57,3 por ciento esperado para los 34 Estados de la OCDE, precisa la organización.

Con la aplicación de la reforma, esa tasa de reemplazo se rebajará al 73,9 por ciento para un trabajador con carrera completa (con unas previsiones estándares de inflación, del 2,5 por ciento, y del 2 por ciento de crecimiento real de los ingresos).

La reforma en España, además, "reforzará la relación entre cotizaciones y prestaciones en comparación con el actual sistema" y, así, el número de años de cotización necesarios para recibir el 100 por ciento de la pensión aumentará de 35 a 37 a los 67 años de edad y a 38,5 a los 65 años, recordó la OCDE.

La organización también agregó que ese aumento de los años de cotización necesarios "afectará más a los trabajadores con carreras interrumpidas".

La OCDE también indica que en otros países hay condiciones más estrictas relativas al número de años de cotización para acceder a la jubilación completa y cita el caso de Francia.