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El Papa Francisco ha pedido un "valiente" cambio de actitud a los políticos para que lleven a cabo una reforma financiera "ética" que produzca a su vez una reforma económica "saludable" para todos, durante la presentación de credenciales de los nuevos embajadores de Kirguistán, Antigua y Barbuda, Luxemburgo y Botsuana.

En este sentido, ha animado a la clase política a enfrentar este desafío con determinación y visión de futuro. "El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero el Papa tiene el deber, en nombre de Cristo, de recordar al rico que debe ayudar al pobre, respetarlo, promoverlo", ha señalado, al tiempo que ha reclamado solidaridad desinteresada y regresar a la ética a favor del hombre en la realidad financiera y económica.

Asimismo, el Pontífice ha indicado que "la Iglesia, por su parte, trabaja siempre por el desarrollo integral de cada persona". En este sentido, recuerda que el bien común no debería ser un simple agregado, un simple esquema conceptual de calidad inferior inserto en los programas políticos".

Bien común

Además, el Papa ha remarcado que "la Iglesia anima a los gobernantes a servir verdaderamente al bien común de sus poblaciones" y exhorta "a los dirigentes de las realidades financieras a tomar en cuenta la ética y la solidaridad".

Por otro lado, el Papa Francisco ha alabado "los resultados positivos que contribuyen al auténtico bienestar de la humanidad, como en los campos de la salud, educación y comunicación". Sin embargo, ha precisado que, a pesar de ello, "la mayor parte de los hombres y las mujeres de nuestro tiempo continúan a vivir en precariedad cotidiana con consecuencias fatales".

En este sentido, el Pontífice ha recordado que "algunas enfermedades aumentan junto a las consecuencias psicológicas; el miedo y la desesperación ocupan los corazones de numerosas personas, también en los países llamados ricos; la alegría de vivir disminuye; la indecencia y la violencia aumentan; la pobreza se convierte más evidente". "Se debe luchar para vivir y frecuentemente para vivir en un modo no digno", ha dicho.

La causa de esta situación, según ha asegurado, es la relación que los hombres mantienen con el dinero, cuando se acepta su domino sobre las sociedades. "La crisis financiera que estamos atravesando nos hace recordar su primer origen, situada en una profunda crisis antropológica", ha explicado.

En esta línea, el Papa ha señalado que "la adoración del antiguo cordero de oro ha encontrado una nueva y despiadada imagen de la superstición en el dinero y en la dictadura de la economía sin rostro ni objetivo realmente humano".

Tesoro

Así, en tal contexto Francisco ha remarcado que "la solidaridad, que es el tesoro de los pobres, es frecuentemente considerada contraproducente, contraria a la racionalidad financiera y económica" y mientras que "la utilidad de una minoría crece de modo exponencial, la de la mayoría se debilita".