Piezas del avión siniestrado, en un campo próximo al aeropuerto sevillano de San Pablo | Reuters

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El Gobierno ha exigido una investigación rigurosa del accidente del A400M en Sevilla y que no se cuestione la credibilidad de Airbus, mientras que los dos heridos en el suceso, en el que murieron cuatro personas, siguen estables y ya han sido puestas a disposición judicial las dos cajas negras del avión.

El Gobierno español ha admitido su preocupación por la repercusión económica y, concretamente, para la industria aeronáutica europea y española que pueda tener el accidente del avión, a la vez que ha recordado que lo utilizan ejércitos de varios países, en su mayoría europeos.

El A400M ya está operando en Francia, Turquía, Reino Unido y Alemania, aunque en total hay ocho países que han realizado pedidos (los cuatro citados más España, Bélgica, Luxemburgo y Malasia).

Tras el accidente, el Ejército alemán decidió suspender ayer los vuelos de prueba de su avión de transporte militar del tipo A400M, y ayer fue el Ministerio de Defensa del Reino Unido y su homólogo turco los que anunciaron que suspenden temporalmente las operaciones de sus aviones.

Alemania cuenta con un aparato desde diciembre pasado y Gran Bretaña con dos.

El Gobierno francés autorizará únicamente los vuelos «extremadamente prioritarios» de los seis A400M que tiene actualmente, informó el ministro Le Drian.

El presidente de Airbus España, Fernando Alonso, pidió ayer «respeto» por el «duelo» que debe mantener la compañía por las víctimas y mostró su deseo de que este accidente ayude a «comprender qué ha pasado para que nunca más vuelva a ocurrir».

En Sevilla, los dos heridos, un mecánico y un ingeniero, fueron operados en los hospitales Macarena y Virgen del Rocío, respectivamente, y su estado de salud es «estable dentro de la gravedad».

Uno de ellos sufrió traumatismo craneoencefálico, quemaduras faciales y fracturas de miembros inferiores, y el segundo un traumatismo toracicoabdominal y politraumatismos.

Los investigadores localizaron ayer dos registradores de voz, «con importantes daños provocados por el fuerte impacto y posterior incendio», del Airbus A400M, que ya han puesto a disposición del titular del Juzgado número 13 de Sevilla, informó el Ministerio de Fomento.

Un día después del accidente, el delegado de CCOO de Airbus en Sevilla Francisco Figueroa destacó la «sangre fría» del piloto para evitar instalaciones cercanas, como una fábrica de Coca Cola en la que había trabajadores.