La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, durante una Junta General de Accionistas de la entidad bancaria. | Efe

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La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha escrito un texto en su perfil de LinkedIn en el que explica por qué se considera feminista, al tiempo que ha defendido el movimiento feminista afirmando que «los cambios son más fáciles de abordar de forma estructural que de forma individual». «Es necesario hacer aún más para cambiar los cimientos de la sociedad; y hacerlo de forma colectiva», ha subrayado.

Botín ha escrito un texto en su perfil LinkedIn en el que explica los motivos que la llevan a considerarse feminista, como confesó en una entrevista en Cadena Ser hace unos meses. «Llevo muchos años como ejecutiva. Años en los que he visto suficiente como para saber que, en general, las mujeres no reciben un trato justo», remarca.

La empresaria sostiene que la mujeres tienen «las capacidades intrínsecas para avanzar por méritos propios». «En mi caso, opté por hablar claro y trabajar más que mis jefes, algo que aprendí durante mis años en un Banco Americano, la mayoría del tiempo en Nueva York», apunta.

En su relato, Botín menciona a la economista Sheryl Sandberg para hablar del «feminismo autosuficiente» que «no requiere una organización colectiva y, mucho menos, necesita la etiqueta pública de feminista». «El feminismo de Sandberg defiende que las mujeres podemos ascender profesionalmente si trabajamos más, si hablamos claro y a la vez presionamos para conseguir condiciones de trabajo más flexibles, que nos permitan compaginar nuestra profesión y nuestra vida personal. Es un feminismo autosuficiente, en el que te puedes valer por ti misma», agrega.

«Cambios estruturales» además de «fortaleza individual»

Tras esa reflexión, la empresaria confiesa que hace tiempo ya sabía que «estos esfuerzos individuales no serían suficientes para lograr el cambio que necesitamos». «Ya entonces pensaba que, además de esa fortaleza individual, también necesitábamos cambios estructurales en la organización del trabajo, si aspiramos a un entorno laboral más justo», apostilla.

En este sentido, recuerda que es defensora de la diversidad en la empresa y declara que así lo demostró «hace más de diez años, en abril de 2008, cuando era presidenta de Banesto» y pronunció un discurso en la Escuela de Negocios de Deusto, en Bilbao, «en una sala con gran mayoría de hombres».

Según la empresaria, distintos estudios reflejan «tener una proporción más alta de mujeres en puestos directivos, además de ser justo, es bueno para el negocio». «Además de talento, las mujeres aportan al negocio competencias complementarias a las de los hombres: mejor comunicación interpersonal, cooperación, pensamiento horizontal y capacidad de escuchar de verdad. También mayor empatía y capacidad de priorizar», manifiesta.

Flexibilidad en el entorno laboral

Así, se muestra «convencida de que no son suficientes los cambios de actitud de las mujeres», sino que también «se necesitan medidas proactivas». En este sentido, asegura que «todavía hoy, un punto clave en el tema de igualdad de oportunidades es el trabajo doméstico». «Para que cada vez más hombres puedan compartir esa responsabilidad doméstica, necesitamos políticas públicas que permitan mayor flexibilidad en el entorno laboral», dice la empresaria, que ve «muy difícil para las mujeres negociar estos acuerdos de forma individual».

«El impulso para lograr la igualdad es también un impulso para conseguir un mayor equilibrio entre la vida laboral y personal para todos, hombres y mujeres», considera. Y a su juicio, para ello hay que medir «los resultados de los equipos basándonos en datos y no en las horas que pasan en la oficina». «El teletrabajo ha de ser una opción. Y los directivos tienen que ser capaces de priorizar, organizar, delegar y descartar malos hábitos como largas comidas o reuniones de última hora convocadas al final del día», reclama.

«El poder de las redes sociales»

Con todos estos argumentos, Botín menciona el «poder» de las redes sociales -destacando el movimiento viral #Metoo en respuesta a las acusaciones sobre Harvey Weinstein- «para enfocar el debate» sobre las mujeres y «promover el cambio».

La empresaria cree que esas herramientas están acabando con la «espiral de silencio», «la represión y el aislamiento» que antes había con determinados asuntos al crearse un «espacio para exponer el abuso y demostrando el enorme poder que tiene decir las cosas públicamente».

«Hoy soy consciente de que decir las cosas públicamente, de forma solidaria con otras mujeres, tiene el poder de cambiar. Soy consciente de estar en una posición privilegiada para hacerlo. Así que, cuando hablo, no lo hago solo por mí misma. Lo hago, junto con la gran mayoría de los hombres que nos apoyan, por todas las mujeres. Por eso mi feminismo es ahora público. Y quizá el tuyo también debería serlo», concluye en su escrito.